He seguido con interés las próximas elecciones parlamentarias y regionales españolas, desde los intríngulis del gobierno del galán sánchez y su compinche la rata pablo iglesias, quien anda desatado tratando de mejorar en las encuestas con su banda de malhechores y llegando al colmo de reivindicar a Paracuellos una localidad donde los comunistas ejecutaron sin previo aviso a miles de católicos en el frente de Madrid al comenzar la guerra civil en 1936.
Veo con preocupación el encrispamiento del ambiente político español causado por la alimaña ésta, pues como su grupo de delincuentes y sus votantes van en picada mientras Vox, el grupo de Santiago Abascal anda en notable ascenso, entonces iglesias decidió públicamente y por todos los medios sabotear el mitin de Vox en la zona sur pobre de Madrid en Vallecas donde gozan de bastante simpatía y apoyo.
Me preocupa que se vuelva a repetir la polarización de 1936 que llevó a la Guerra Civil española que costó un millón de muertos y a la larga tiranía de Franco.
No sé qué sucedió durante la jornada en Vallecas, y si sucedió el sabotaje del evento, o si sánchez y su alter ego Marlaska, el ministro del interior del régimen y el tipo del affaire en el aeropuerto de Madrid con delcy, fueron remolones para mantener el orden y dejó hacer al malandraje morado, el color del grupo podemos.
Ya efectivos policiales hicieron saber que tenían orden de no intervenir, lo cual es grave porque son las fuerzas de seguridad las encargadas de mantener el orden. Por supuesto, los medios socialistas han comparado a Abascal con hitler y otras lindezas, pese a que el líder de Vox ha actuado con mesura.
Le he visto un par de intervenciones en el congreso de los diputados y me parece un líder demócrata, defensor de la democracia, de la libre empresa y el liberalismo económico y pare de contar.
Como he vivido personalmente esas circunstancias de agavillamiento aquí por la vieja juventud comunista en los tiempos juveniles, sé del par de aquellas que hay que tener para soportar esas agresiones cuando veinte desalmados te quieren linchar y quemar, y quisiera ver como estos que se las dan de guapos ahora por las redes sociales, hubiesen soportado esas palizas por no ceder políticamente.
De allí a la guerra civil y el exterminio del otro no hay más que un paso y por supuesto, los áulicos de podemos son los verdaderos culpables de una guerra si se produce, además tienen los riñones de decir que Abascal comenzó todo por hacer un mitin en tierra de votantes de podemos, como si Vallecas fuera propiedad de ellos. Y esos hechos propios de los malandros le encrespan el espíritu a san Francisco de Asís y nos llevan al exterminio del otro, como se hace a veces necesario.
Lo mismo sucedió en Chile con Pinochet y luego le reclamaban por la dureza de la represión. Por su parte el Partido Popular de Pablo Casado sigue dando tumbos y Ciudadanos virtualmente desapareció luego de la dimisión de Albert Rivera.
Presumo que el señor Casado debe tener algún encanto, que yo no le veo para ser el líder del Partido Popular y me desagrada esa reidera permanente porque en nuestra cultura hispanoamericana los jefes políticos son hombres serios y con tabaco en la vejiga, porque nadie sigue a hombres reilones.
Buenos tiempos aquellos los de España cuando Felipe González y el señor Aznar, que siendo muy antipático, se repartían el liderazgo en la madre patria y en la política no se puede ser como Joselo y sus personajes.
Porque el guáramo para ser creíble necesita seriedad. Incluso le comenté en una ocasión a Eduardo Fernández que para ser mejor político él debió pasar por aquellos pescozones universitarios para templar el ánimo, pero se acogió al poder del ala protectora.
En la foto Santiago Abascal, el líder de Vox. La foto es solo de medio cuerpo, porque el par que carga en la entrepierna deben ser del tamaño de una catedral.