El expresidente Donald Trump viajó este miércoles a la frontera con México para reclamar por “la peor crisis migratoria” en la historia del país, provocada, según él, por su sucesor Joe Biden.
Una “frontera sur destruida”, “una verdadera zona de desastre”, dijo Trump de cara a una nueva candidatura presidencial en 2024.
Con estas palabras anunció su primera visita desde que dejó la Casa Blanca el 20 de enero. El exmandatario viajó a Weslaco, un pequeño pueblo en el extremo sur de Texas, cerca de la frontera.
Junto con el gobernador de Texas, Greg Abbott, y una delegación de parlamentarios republicanos, se reunió con funcionarios para abordar la seguridad fronteriza, y luego visitó una sección del muro que separa Estados Unidos de México.
Durante sus cuatro años como presidente, se completaron aproximadamente 600 kilómetros del muro, aunque la mayoría de estos tramos fueron mejoras en las vallas ya existentes.
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Para los republicanos, el programa del multimillonario funcionó, pero la llegada de Biden a la Casa Blanca con la promesa de una política migratoria más humana creó un efecto llamada.
La primavera estuvo marcada por un récord de arrestos en la frontera sur. En mayo, unas 180 000 personas fueron detenidas tras entrar ilegalmente, la cifra más alta en 15 años.
Los republicanos acusan a la vicepresidenta, Kamala Harris, encargada de gestionar la migración irregular, de ignorar la crisis.
El gobernador de Texas decretó a mediados de junio que el estado continuará construyendo el muro fronterizo.
Y la gobernadora republicana de Dakota del Sur, Kristi Noem, acaba de anunciar que enviará decenas de soldados de la Guardia Nacional de su estado a la frontera, a pesar de estar a más de 2000 kilómetros al norte de distancia.
Con información de la AFP.