Donald Trump, precandidato presidencial en los Estados Unidos, reflexionó luego del atentado que sufrió el 13 de julio en Pensilvania, cuando un francotirador le disparó.

Durante una entrevista con New York Post, el magnate habló de este hecho que se convirtió en noticia mundial, pues estuvo a punto de ser asesinado.

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“Se supone que debería estar muerto”, dijo el republicano durante la conversación con el medio local.

Además de esto, mostró algunos moretones que sufrió en medio de los forcejones con el personal de seguridad que intentaba resguardarlo.

New York Post explicó que al momento de hablar, Trump llevaba un “vendaje blanco grande y suelto que cubría su oreja derecha”, que fue donde sufrió una herida.

“Por suerte o por Dios, mucha gente dice que es por Dios que todavía estoy aquí”, aseguró.

También habló de la foto viral en la que se le ve con un puño alzado y la cara llena de sangre, pero aun así tuvo fuerzas para pedirle a la gente que pelearan.

“Mucha gente dice que es la foto más emblemática que han visto jamás”, dijo Trump. “Tienen razón y no morí. Normalmente hay que morir para tener una foto emblemática”, agregó.

Además de esto, declaró que su intención era seguir con el discurso en el mitin, pero el Servicio Secreto lo impidió debido a la situación tan violenta que se registró. “Solo quería seguir hablando, pero me acaban de disparar”, manifestó.