sábado, noviembre 23, 2024
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Sócrates Serrano: Profundo vacío

El covid-19 se llevó a mi hermana en dos semanas. Su ausencia física es contundente, dura, difícil de elaborar y entender. No era una mujer con enfermedades preexistentes tal como reza el protocolo de prevención sobre las personas con las que hay que extremar los cuidados. Tampoco era sexagenaria.

Recibió todas las atenciones médicas, incluso los medicamentos más costosos y difíciles de conseguir gracias al donativo de personas generosas y profundamente empáticas.

Una semana en su casa con los cuidados de rutina, la siguiente en el hospital con dificultades respiratorias y los dos últimos días en la unidad de cuidados intensivos (UCI) con un deterioro acelerado.

Era precavida, casi obsesiva en la manera de cuidarse y proteger a los suyos. Siempre estaba alerta y a veces era casi desagradable su insistencia en las medidas de cuidado y protección, que nos sabemos de memoria.

En una visita corta, en una casa de amigos que también tomaban precauciones extremas probablemente contrajo el virus. Quizá en el automercado o en una farmacia. Después de analizarlo mucho las posibilidades se reducen a esos tres escenarios.

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Veo gente en diferentes espacios públicos o casas particulares, celebrando, reuniéndose, aglomerándose, tocándose, descuidándose, con muy poca conciencia de la posibilidad de contagio.

Entiendo que todos necesitamos trabajar y mantenernos ocupados no sólo por nuestro bienestar económico sino también psicológico, pero me ocupa y alarma principalmente la poca conciencia de lo susceptible que somos en esta pandemia, de lo mortal que resulta el virus incluso en los casos menos “tipificados”.

Han fallecido más de 2.4 millones de personas en el mundo, lo que equivale a la población de una ciudad mediana de cualquier país, y seguimos pensando “eso no me puede pasar a mí”.

Nada reemplaza a mi hermana. Su ausencia es muy grande para mí, para su esposo y sus hijos. Un momento de descuido puede representar en cuestión de días un profundo y contundente vacío.

Por Sócrates Serrano


#Personascambiandopersonas
#talentosenaccio
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1 COMENTARIO

  1. Hola Socrates. Lamento muchísimo que tu hermana se haya ido víctima de la pandemia, mis más sentidas condolencias. Yo era como ella y me contagié en una ida al odontólogo. Estoy entrando en la tercera semana del virus, espero poder superarlo.

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