En un encuentro poco usual, Bashar al Asad, presidente de Siria y Serguéi Lavrov, jefe de la diplomacia rusa, conversaron sobre cooperación económica a pesar de las sanciones de Occidente contra el gobierno sirio.
Los representantes del gobierno de Rusia se reunieron con Asad, quien enfatizó en la “determinación” de su gobierno en “proseguir el trabajo como aliados”, poniendo en marcha los acuerdos bilaterales y garantizando “el éxito de las inversiones rusas en Siria”.
Ambas partes hablaron sobre la posibilidad de nuevos acuerdos que ayuden a “aliviar las repercusiones de las sanciones” contra Siria, cuya economía lleva meses en caída libre, impactada por la ley “César” que adoptó Washington en junio.
Si bien desde hace años las medidas afectan a los responsables del régimen, influyen negativamente en la economía de importaciones y el sector petrolero sirio.
“El aislamiento económico de Siria y la adopción de la ley César (…) difícilmente permitan atraer inversiones a la economía siria”, lamentó Borisov. “Se trata de un bloqueo económico que buscamos romper con nuestro esfuerzo común”, dijo.
Con información de AFP