Rusia rechazó este martes la aplicación de sanciones contra la junta militar birmana, al considerar que son inútiles y provocarían un “conflicto a gran escala” en este país, escenario de una sangrienta represión.
“En el contexto de la situación actual en Birmania, la evolución hacia amenazas y presiones, incluido el uso de sanciones contra las autoridades actuales, es inútil y extremadamente peligrosa”, afirmó el Ministerio de Asuntos Exteriores, citado por la agencia de noticias Interfax.
“Estas medidas coercitivas arbitrarias son contraproducentes y tienen un efecto desestabilizador en el sistema de relaciones internacionales”, continuó el ministerio ruso.
Al considerar que las sanciones “empujarían al pueblo birmano hacia un conflicto civil a gran escala”, Rusia también anunció su intención de continuar por el momento su cooperación militar con la junta.
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“Nos guía la tarea de garantizar la continuidad de la cooperación multiforme ruso-birmana, incluso a nivel militar”, dijo el Ministerio, asegurando al mismo tiempo “sigue de cerca y analiza los acontecimientos actuales” y lo “tendrá en cuenta” para su futura cooperación.
China también había rechazado la semana pasada la aplicación de sanciones contra los militares birmanos que derrocaron y detuvieron a la dirigente civil Aung San Suu Kyi.
Más de 550 civiles han muerto a manos de las fuerzas de seguridad desde el golpe de Estado del 1 de febrero, según la Asociación de Ayuda a los Presos Políticos (AAPP).
Aunque el Kremlin ha expresado su preocupación por el creciente número de víctimas civiles a finales de marzo, Rusia ha enviado al mismo tiempo un viceministro ruso de Defensa a Birmania, calificada en esta ocasión de “aliado fiable” con quien Moscú quiere “profundizar” la cooperación militar.
AFP+