sábado, noviembre 23, 2024
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Revolución y destrucción

La única y verdadera revolución en la Historia y con una cosmovisión nueva del mundo fue la Revolución Francesa de finales del siglo XVIII, donde se batieron por los principios de Libertad, Igualdad y Fraternidad, independientemente que desigualdad y explotación siguieron existiendo, pero el sistema era contrario a la absolutista monarquía francesa.

Los otros fueron cambios religiosos o éticos como en Suiza cuando Calvino y en parte en Inglaterra, o en algún pequeño país musulmán.

Lo común son en las revoluciones políticas las mal llamadas sustituciones de élites, que es la inmensa mayoría de los casos como lo fue en Venezuela la revolución federal para sustituir a la oligarquía conservadora por la liberal, la liberal restauradora de don Cipriano, donde la oligarquía guzmancista fue sustituida por la oligarquía gomecista y así sucesivamente.

O la Revolución Mexicana que se decreta cada septenio, o la Revolución Rusa, incluso en la Revolución China donde los hijos de los jerarcas del Comité Central del partido comunista chino fueron enviados a Europa y América a estudiar Economía para aprender, en especial finanzas capitalistas, y esa nueva generación hizo de verdad la revolución económica, pero que necesariamente fue pasar del hambre y la miseria comunista al progreso y bienestar capitalista con marginados incluidos. Es también el esquema de Vietnam, cuyo mejor amigo es ahora Estados Unidos.

O sea, la revolución comunista fue una vía para pasar del Socialismo al Capitalismo, distinto como lo preveían los marxistas y todos los manuales que ellos escribieron desde los tiempos de Pavlov, el del perro, y contra corriente a lo que avizoraba el lujurioso señor Marx.

También las hay revoluciones burguesas con mano de hierro como la de Singapur y otros tigres asiáticos, donde entre los caídos está la demagogia y el populismo, consubstanciales con la democracia, y típica de los países latinoamericanos.

No sé si este esquema le habrá pasado por la mente a algún jerarca chavista que se planteará que luego de estar ellos acomodados y buchones con la corrupción, deberán ahora tomar medidas capitalistas para que la gente mejore económicamente y ellos poder sostenerse en el poder como dueños capitalistas de las fábricas y empresas que estatizaron con su exprópiese, exprópiese, como decía el difunto.

Y esta es la verdadera encrucijada del chavismo y presumo que el castrismo cubano está viendo cómo se acomodan para seguir explotando y expoliando a Venezuela. Si uno coloca los caballos delante de los carros, o sea los intereses y no detrás, la política se hace más fácil de comprender.

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