Un informe de la Dirección de Detección de Fraude y Seguridad Nacional del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de ese país (USCIS, por sus siglas en inglés) reveló algunas de las razones por las que el gobierno de Joe Biden decidió paralizar el programa de parole humanitario.
El llamado “parole humanitario” permitía el ingreso de 30,000 migrantes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela. La medida se produce después de que un informe interno del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), encontró que miles de patrocinadores de los migrantes enumeraban números de Seguro Social y números de teléfono falsos, incluidos en algunos casos aquellos que pertenecían a personas que estaban muertas.
El documento revela niveles significativos de fraude en la aplicación a este programa de la administración de Joe Biden.
La suspensión para cubanos, haitianos y nicaragüenses aplicó desde el 18 de julio de 2024, mientras que para los venezolanos estaba determinada desde el 6 del propio mes.
En esta revisión realizada por USCIS, hasta el 17 de abril de 2024, contaban con 2,622,076 solicitudes. De ese número, casi 529,000 solicitudes fueron “confirmadas” (o aprobadas) y alrededor de 118,000 fueron “no confirmadas” (o denegadas).
Los investigadores observaron que existen, al menos, 100 direcciones IP representaron 51,133 de las solicitudes del formulario I-134A presentadas, lo que se traduce en que una misma dirección IP fue utilizada varias veces. Un ejemplo, una dirección IP ubicada en Tijuana, México, se utilizó 1,328 veces. En este sentido, el informe indica que, como promedio, cada dirección IP asociada con estos programas presentó 2.2 formularios de solicitud.
Otro punto de interés fueron los números de Seguro Social (SSN) de los patrocinadores, para los cuales se encontraron que un total de 100,948 formularios habían sido presentados por 3,218 patrocinadores seriales diferentes. Resaltan que los solicitantes utilizaron los números de Seguro Social de personas fallecidas y ofrece como estadística que “24 de los 1,000 números de Seguro Social que más usaron los patrocinadores pertenecen a una persona fallecida”.
En ese mismo punto de interés, señalan que algunos patrocinadores no proporcionaron sus ingresos, a pesar de la obligación de este requisito, y algunos de los que sí lo hicieron, no alcanzaban el umbral solicitado por las autoridades para sostener a la persona con parole.