viernes, noviembre 22, 2024
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Requisitos para entrar al Consejo de Derechos Humanos de la ONU

Con China, Rusia y Cuba dentro del Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), surge de nuevo la pregunta: ¿A cuántas personas hay que matar y cuántos derechos humanos hay que violar para pertenecer a este selecto grupo?

En el mundo de hoy, ser un violador de derechos humanos no es nada fácil. Millones de personas y organizaciones en el mundo, como Amnistía Internacional, Human Right Watch o el Comité para la Protección de los Periodistas, son un gran escollo que hay que sortear si quieres convertirte en un exitoso transgresor de los derechos que por naturaleza todos merecemos.

El célebre “sentido común” al que tanto hacemos apología en los años que corren, junto al avance de las luchas sociales por la reivindicación de derechos que nunca antes habíamos considerado, representa el mayor némesis para aquellas conciencias retrógradas programadas para socavar la condición humana de los otros. 

La sociedad moderna y tecnológica en la que nos desenvolvemos expone de forma constante nuestras conductas en las redes sociales y los medios digitales, por lo que muchas conductas indeseadas y moralmente condenables pueden hacerse virales y ser juzgadas por millones de personas alrededor del mundo con un solo click. 

Muchos son los obstáculos, sin embargo, la ONU ha podido sortearlos todos en su loable labor a favor de la inclusión de países violadores de derechos humanos en sus filas. Un esfuerzo titánico que debemos admirar, considerando todo lo anterior. 

El Consejo de Derechos Humanos de la ONU materializa todo ese esfuerzo. Desde el 2006, este organismo intergubernamental está compuesto por 47 Estados responsables de hacerse de la vista gorda, emitir comunicados inofensivos y, en la medida de los posible, incluir como miembros a gobiernos autocráticos, sanguinarios y violadores sistemáticos de los derechos humanos, porque ¿qué mejor manera de promover la importancia de los derechos humanos que violándolos?

No todo el mundo puede entrar, son muchos candidatos y una vara muy alta hay que alcanzar para que la Asamblea General de la ONU pueda, al menos, considerarte. Así que veamos cuáles son los requisitos más importantes que debe cumplir un Estado para ser uno de los privilegiados en ocupar una de esas sillas famosísimas de Ginebra. 

  1. Debes ser un gobierno autocrático y personalista con muchos años en el poder. Si te autoproclamas como democrático, mucho mejor; pero no son excluidos los casos en los que te autodenominas como dictatorial, sin temor a nada. Tienes puntos extra si tu presidente usa uniforme militar, camisa roja de mal gusto y le queda mal el vello facial pero aún así se lo deja.
  1. No debes tener oposición política alguna, pero, en caso de tenerla, debes reprimirla, subyugarla y pisotearla de las maneras más abominables posibles. También son válidas las formas clásicas y elegantes como los envenenamientos “a la Putin”.
  1. Debes enviar a prisión a la mayoría de personas inocentes posibles. Especialmente si son de una etnia, sexo, origen, ideología o partido político que te incomode. Para ello, debes haber creado una fuerza policial paralela entrenada para torturar, matar, extorsionar y que haya aparecido como mínimo dos veces seguidas en algún informe de Bachelet. 
  1. ¿Medios de comunicación plurales? Eso es cosa del pasado. Lo que se está llevando ahorita es un monopolio de comunicación estatal bombardero de ideologías y censor de internet. Un sistema de control férreo que te permita esconder un pequeño coronavirus cuando se te escape y del que solo se enteren cuando el virus ya se haya consumido todas sus millas viajeras. 
  1. Debes liderar las estadísticas globales de muertes violentas. Si son a periodistas, mucho mejor. Siempre habrá forma de “echarle ese muerto” al narcotráfico. Lo que indica que, por supuesto, permitir el narcotráfico es condición sine qua non para poder formar parte de esta distinguida lista.
  1. Debes haber eliminado por completo el concepto y el valor del trabajo digno. Es decir, debes haber establecido políticas de destrucción de la propiedad privada para acabar con el aparato de producción y así fundar una sociedad esclavizada donde sus habitantes intercambien sus esfuerzos por unas pocas dosis de ansiedad o alguna otra enfermedad mental.
  1. Debes producir decenas de miles de migrantes por año. Tantos, que sean tu mayor producto de exportación. Debes producir tantos migrantes que sientas que estás colonizando el mundo. Recuerda, mientras más migrantes, más gente va a estar hablando de ti, y eso es bueno.
  1. Tus servicios públicos y de alimentación deben ser pésimos. Tendrás puntos extra si tus ciudadanos ya no recuerdan lo que es bañarse todos los días, ni cómo es tener una alimentación balanceada. Ah, también hay punto adicional si el servicio de electricidad es más inestable que el precio del petróleo que produces. 
  1. Debes, en la medida de lo posible, mostrarte feliz y contento. Bailar y gozar mientras los habitantes de tu país la están pasando mal. Los bailes y chistes que hagas en cadena nacional, a expensas de las desgracias ajenas, serán contados como puntos positivos. 

10. Por último, si no cumples con ninguno de los requisitos anteriores y no has violado suficientes derechos humanos, entonces, quédate calladito. Gana tu silla en el Consejo dejando que otros los violen con tranquilidad. Ten consideración.

Pablo Alas

Twitter: @Pablo_Alas

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