La gobernadora Jenniffer González Colón decretó tres días de duelo en todo Puerto Rico tras el fallecimiento del papa Francisco, ocurrido este lunes a los 88 años. Como parte del decreto, las banderas ondearán a media asta en todas las dependencias gubernamentales durante el periodo de luto.
Expresó el profundo pesar del pueblo puertorriqueño ante la partida del pontífice argentino, a quien describió como un líder espiritual transformador, cercano a los más pobres y marginados.
“Puerto Rico se une al dolor de millones de creyentes y admiradores en el mundo ante la partida del Papa Francisco. Su humildad, su sentido de justicia social y su forma de hablarle al corazón de los pueblos transformaron la manera en que muchos entendemos el liderazgo espiritual”, expresó González Colón.
La gobernadora recordó especialmente una frase que el Papa pronunció en 2015 y que ha guiado su vida pública: “La política es una forma eminente de caridad”, subrayando que el servicio al pueblo también es un acto de amor.
Un Papa cercano al dolor de Puerto Rico
La gobernadora destacó el profundo lazo espiritual entre el Papa Francisco y el pueblo puertorriqueño, particularmente durante los momentos más difíciles del país. Mencionó cómo el Santo Padre mostró su cercanía tras el paso de los huracanes Irma y María en 2017, enviando al cardenal Blase Cupich como su representante personal para expresar solidaridad.
“Ese gesto del Santo Padre nos dio consuelo y esperanza”, afirmó González Colón, recordando también las oraciones elevadas por el Papa durante los terremotos de 2020 y el huracán Fiona en 2022.
El Papa Francisco, primer pontífice latinoamericano y figura clave en la renovación de la Iglesia Católica, falleció este lunes a los 88 años en la Domus Santa Marta del Vaticano. La noticia fue anunciada por el cardenal Kevin Ferrell, camarlengo del Vaticano.
“A las 7:35 de esta mañana, el obispo de Roma, Francisco, regresó a la casa del Padre. Toda su vida estuvo dedicada al servicio del Señor y de su Iglesia”, declaró Ferrell.
Francisco había sido hospitalizado el 14 de febrero de 2025 tras una crisis respiratoria que derivó en una neumonía bilateral. Tras 38 días de ingreso, falleció en lo que fue la hospitalización más prolongada de su papado.