El presidente de Haití, Jovenel Moïse, fue asesinado este miércoles en su residencia por un comando integrado por personas extranjeras, anunció el primer ministro saliente, Claude Joseph.
La esposa del presidente resultó herida en el ataque y fue hospitalizada, dijo Joseph, quien pidió calma a la población y aseguró que la policía y el ejército se encargan de mantener el orden.
“El presidente fue asesinado en su casa por extranjeros que hablaban inglés y español”, dijo el primer ministro.
Moïse gobernó por decreto Haití, el país más pobre del continente americano, después de que las elecciones legislativas previstas para 2018 se retrasaran.
Además de la crisis política, en los últimos meses han aumentado los secuestros para pedir rescate, reflejo de la creciente influencia de las bandas armadas en el país caribeño.
Haití también se enfrenta a la pobreza crónica y a los recurrentes desastres naturales.
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El presidente se enfrentó a una fuerte oposición por parte de sectores de la sociedad que consideraban su mandato ilegítimo. En los últimos cuatro años el país tuvo siete primeros ministros.
Estaba previsto que Joseph fuera sustituido esta semana luego de tres meses en el cargo.
Además de las elecciones presidenciales, legislativas y locales, Haití tiene previsto celebrar un referéndum constitucional en septiembre, después de haber sido aplazado dos veces debido a la pandemia de coronavirus.
La reforma constitucional, apoyada por Moïse y destinada a reforzar el poder ejecutivo, ha sido rechazada mayoritariamente por la oposición y muchas organizaciones de la sociedad civil.
La Carta Magna actual fue redactada en 1987, tras la caída de la dictadura de Duvalier, y declara que “toda consulta popular destinada a modificar la Constitución por referéndum está formalmente prohibida”.
Los críticos también han afirmado que es imposible organizar una consulta debido a la inseguridad que sufre el país.
Moïse una brillante carrera con trágico destino
Moïse disfrutó de una exitosa carrera empresarial antes de asumir el cargo de presidente, pero su mandato se desgastó y acabó siendo ampliamente criticado además de sin el apoyo de la mayoría de la población.
Irrumpió en 2015 en la escena política siendo un gran desconocido y pocos meses después fue elegido para gobernar el país, tras un accidentado y largo proceso electoral.
Muy aislado últimamente, con un Parlamento suspendido y gobernando por decreto, acabó trágicamente su mandato a los 53 años, al ser asesinado en su casa por un comando.
Moïse, padre de dos hijos fue incapaz de detener la espiral descendente del país, el más pobre del continente americano, pero en particular la violencia que azota a sus habitantes, sobre todo de las pandillas en la capital Puerto Príncipe.
De origen modesto, su padre era mecánico y agricultor y su madre costurera y comerciante. Nació el 26 de junio de 1968 en Trou du Nord, (departamento Noreste) y se trasladó en 1974 junto a su familia a Puerto Príncipe, donde realizó sus estudios en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Haitiana Quisqueya.
En 1996, Moïse ya casado con su compañera Martine Etienne Joseph, regresó a Noreste con un sueño: hacer de Haití un país “esencialmente agrícola” mediante el desarrollo del interior.
De acuerdo con la biografía disponible en su sitio web, creó entonces, con fondos de capital privado, una empresa de repuestos automotores al tiempo que estableció en un campo una primera plantación bananera de 10 hectáreas.
Su última plantación de banano orgánico es la más grande del país (casi 1.000 hectáreas). Allí radica el origen del sobrenombre que se le acuñó tras su entrada en la carrera presidencial: “Nèg Bannan nan”, “el hombre banana”, en la lengua creole.
Sensibilizado por la importancia del agua potable en este país castigado, se asoció con la firma especialista Culligan y en 2001 abrió una planta de distribución en las provincias de Noreste y Noroeste. Luego se interesó por la electrificación regional y creó en 2008 junto a varios socios una empresa especialmente destinada a ello.
En 2012, inauguró la primera zona franca agrícola de Haití y estableció allí su empresa Agritrans, para la que obtuvo un préstamo participativo de 6 millones de dólares del gobierno del que posteriormente sería su predecesor, Michel Martelly.
Según la web de Moïse, este mecanismo permitió desarrollar decenas de proyectos agrícolas y “crear cerca de 3.000 puestos de trabajo directos y 10.000 indirectos”.