El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, envió este miércoles una delegación a la frontera con México que visitará un centro para migrantes en Carrizo Springs, en Texas, al que la prensa podrá ingresar por primera vez.
La Casa Blanca anunció que el Departamento de Salud permitirá el acceso a los medios, pero de una forma muy controlada, autorizando solo a una cadena a tomar imágenes, que serán compartidas con el resto.
Estas es una de las instalaciones que está bajo presión para acoger al creciente número de menores no acompañados que llegan al país.
La vicepresidenta Kamala Harris reconoció que Estados Unidos necesita aumentar la capacidad de procesar las demandas de asilo y de acoger a los migrantes que huyen de la pobreza, la violencia y los desastres naturales en América Central.
Estados Unidos tratará crisis migratoria con México y Guatemala
“Es un gran problema”, dijo Harris en una entrevista con la cadena CBS en la que también afirmó que el Gobierno heredó una estructura muy maltrecha de la anterior administración, que además defendió una política muy agresiva contra la inmigración irregular.
Las condiciones de detención de los niños en la frontera generan preocupación en muchos sectores del Partido Demócrata.
La semana pasada, las autoridades estadounidenses informaron que tenían 14 000 menores migrantes en custodia, 9562 a cargo del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) y unos 4500 con la Patrulla Fronteriza (CBP).
“Transparencia”
Biden se reunirá este miércoles con Alejandro Mayorkas, jefe del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), y con los directores del Departamento de Salud para analizar la situación.
Mayorkas informó que su departamento está instalando albergues temporales para recibir a los menores y admitió que el Gobierno no logra respetar una regla que establece que los niños no pueden estar más de 72 horas detenidos.
El país está en un intenso debate después de que en un editorial en The Washington Post, el fotógrafo John Moore, que publicó un libro sobre la frontera, expresara su indignación por la opacidad, afirmando que el país había pasado de la política de “Tolerancia cero” contra la inmigración irregular del republicano Donald Trump, a una estrategia de “cero acceso” en el Gobierno de Biden.
“El Gobierno actual llegó al poder con la promesa de hacer que la política migratoria fuera más humana y más transparente. Pero está quedándose corto en esto último, lo que hace que sea difícil juzgar cómo lo está haciendo realmente: Nosotros los periodistas no tenemos ninguna forma de verificar cómo han mejorado las condiciones para los migrantes”, escribió.
Con información de la AFP.