Un estudio de la Organización Mundial del Comercio asegura que las mujeres podrían sufrir más las consecuencias de las perturbaciones económicas producto de la COVID-19, que los hombres.
Las mujeres representan la mayor parte de la fuerza laboral en las áreas de manufactura como textil, indumentaria, calzado y productos de telecomunicaciones.
Dicho sectores han sufrido consecuencias negativas que impiden el crecimiento de las exportaciones en los primeros meses de la pandemia.
En el caso de los servicios, las mujeres igualmente superan en número a los hombres en industrias afectadas por restricciones de viajes, como el turismo y los viajes de negocios.
“Las empleadas representan el 80 por ciento de la fuerza laboral en la producción de prendas de vestir confeccionadas en Bangladesh, en donde los pedidos de la industria disminuyeron en un 45.8 por ciento durante el primer trimestre de 2020, y en un 81 por ciento solo en abril”, asegura el informe.
Una gran parte de las empresas propiedad o administradas por mujeres son micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYME), y los niveles más bajos de recursos financieros y el acceso limitado a fondos públicos están poniendo en riesgo la supervivencia de tales negocios.
