La vida de “millones de civiles” peligra al norte de Yemen a causa de la creciente violencia que hay en la zona de Marib, última fortificación del bastión del poder en esta región, en donde los rebeldes hutíes quieren controlar, así lo explicó la Organización de Naciones Unidas (ONU).

Apoyados por Irán, los rebeldes han tratado de apoderarse de la ciudad hace más de un año, ya que es rica en petróleo. Tras un breve período de calma, llevan a cabo una nueva ofensiva desde el 8 de febrero de este año para despojar a los fuerzas de gobierno del control de la ciudad, siempre con el patrocinio de los ataques aéreos que le ofrece la coalición militar dirigida por Arabia Saudita.

Mark Lowcock, secretario general adjunto de la ONU, escribió un tweet al respecto, “estoy muy preocupado por la escalada militar en Marib y su impacto en la situación humanitaria”, así lo recopiló La Vanguardia.

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El diplomático informó que se discutirá la situación de Yemen este jueves con el Consejo de Seguridad de la ONU, solicitando “desactivar” la crisis en vez de “añadir aún más a la miseria del pueblo yemení”.

Esta escalada de violencia se genera en un momento en donde los hutíes deben ser retirados de la lista de Estados Unidos de “organizaciones terroristas”, a fin de no obstaculizar la entrega de ayuda humanitaria internacional a los territorios que tienen bajo su control.

Los enfrentamientos alrededor de Marib han dejado decenas de muertos y heridos en las dos filas en menos de 24 horas, de acuerdo a funcionarios militares del gobierno de Yemen y los hutíes casi no comunican sus bajas.

En las últimas horas, “los rebeldes pudieron avanzar hacia el oeste y el norte de Marib después de tomar el control de la región de Al Zour, llegando a la parte occidental de la presa de Marib y estrechando su control sobre las montañas que dominan las líneas de abastecimiento de varios frentes”, informaron líderes militares a AFP.