El tribunal argentino encargado del juicio por la muerte de Diego Maradona ha decidido apartar a dos abogados de uno de los acusados en el segundo día del proceso. Se trata de Rodolfo Baqué y Martín De Vargas, quienes defendían al enfermero Ricardo Almirón. La medida se tomó por un posible conflicto de intereses, dado que los letrados también representan a otra enfermera de Maradona, Gisela Madrid, quien enfrentará un juicio aparte más adelante.
La solicitud para excluir a los abogados fue realizada por la defensa de otro de los acusados, el psicólogo Carlos Díaz, quien argumentó que los posibles “intereses contrapuestos” podrían generar una “defensa ineficaz” de Almirón y, por lo tanto, comprometer la validez del juicio. Tras la decisión, Baqué expresó que los jueces lo apartaron porque no querían que se revelara que Maradona fue “asesinado” y acusó a tres de los imputados: el neurocirujano Luciano Luque, la psiquiatra Agustina Cosachov y el propio Díaz. Además, anunció su intención de apelar la medida.
El juicio, que se desarrolla en San Isidro, al norte de Buenos Aires, sigue su curso con un total de ocho integrantes del equipo médico de Maradona acusados de “homicidio con dolo eventual”. Esta figura legal implica que los profesionales de la salud eran conscientes de que sus acciones podían ocasionar la muerte del futbolista. Maradona, quien padecía diversas patologías crónicas, falleció en 2020 debido a un edema pulmonar e insuficiencia cardíaca, mientras se encontraba bajo internación domiciliaria en su residencia en Tigre, tras una neurocirugía.
Durante la apertura del juicio, el fiscal calificó la internación de Maradona como “temeraria, deficiente y sin precedentes” y describió su muerte como un “teatro del horror”, acusando al equipo médico de no seguir los protocolos adecuados. Se espera que el juicio continúe durante los próximos meses, con audiencias los martes y jueves, y con la declaración de alrededor de 120 testigos. En la próxima audiencia, prevista para el martes, se espera la declaración de los tres policías que fueron los primeros en llegar a la casa de Maradona tras su fallecimiento.