Si hubiera que diseñar la gira más complicada que se le puede presentar en el calendario a un equipo NBA, probablemente se parecería bastante a la que tiene que afrontar el Miami Heat en estos día.

Son siete encuentros consecutivos por el Oeste, donde luego de vencer a Houston este jueves, aún deben enfrentarse con potencias como Utah, Clippers, Lakers (los tres mejores récords del torneo) y Warriors, además de dos conjuntos que están dando más de lo esperado como Sacramento y Oklahoma City. Todo para un equipo que aún batalla contra las bajas por lesionados y que había comenzado el certamen con marca de 7-14.

Sin embargo, aunque esta perspectiva hubiera lucido como un peligro inmenso para Miami algunos días atrás, al punto de amenazar con llevarlo a un punto sin retorno en cuanto a la lucha por los Playoffs, hoy el contexto del equipo de Spoelstra es otro.

Con su triunfo ante los Rockets han conseguido su cuarta victoria de manera consecutiva y ganan tanto en confianza como en juego. Es cierto, los rivales (Washington, Houston y dos veces New York) no han sido del calibre de los que tienen por delante, pero para un conjunto en crisis como lo era los Heat, todo es bienvenido, expone un  informe de Juan Estevez en NBA.com.

¿Podemos decir que apareció el equipo que llegó a las Finales del 2020? No, sería absolutamente apresurado y para ello hay que esperar a ver cómo se miden en estos días ante varios de los favoritos al título. Pero sí podemos afirmar que Miami al menos en uno de los dos costados del campo, Miami se está empezando a parecer a aquel conjunto que dominó el Este algunos meses atrás.

En los últimos cuatro partidos, los de la Florida permiten apenas 100,3 puntos por cada 100 posesiones. La mejor marca de toda la NBA en ese período, por un campo de difeencia (los Lakers están segundos con un rating de 103).

De nuevo, los rivales que han enfrentado no son de exigencia alta, pero no se le puede sacar mérito a un conjunto que claramente está queriendo cambiar el rumbo de su campaña desde el fortalecimiento defensivo.

Más allá de la responsabilidad colectiva, aparece allí un nombre propio fundamental a la hora de explicar esa mejoría: Jimmy Butler. El escolta no solo está cargando con el ataque del equipo, sino también asumiendo una fuerte carga en el campo propio, donde su impacto es inmenso: con Butler en cancha, Miami permite 105,8 puntos por 100 posesiones. ¿Sin él? 113,4. Básicamente pasan de una de las mejores defensas del certamen, a una de las peores. Y lo mismo sucede en ataque, donde saltan de un rating de 112,3 a uno de 105,6.