El FC Barcelona prácticamente dijo adiós a la presente edición de la Champions League tras ser vapuleado por el PSG. El gol inicial de penalti de Messi fue un espejismo de un equipo que volvió a patinar gravemente en Europa ante un rival que tuvo en Mbappé a un gigante incontrolable. Su ‘hat-trick’ fue letal delante de un Sergiño Dest que fracasó por completo en su marca.
Europa no es la Liga. La Champions League es otra cosa. Era una noche para reivindicarse en el continente. Para recuperar el prestigio perdido y, de paso, enterrar fastasmas de un pasado no tan lejano. Sí. Roma (3-0), Liverpool (4-0), Lisboa (8-2), incluso recientemente en el Camp Nou ante la Juventus (0-3).
Era, por lo tanto, un partido para los grandes jugadores, para demostrar personalidad y liderazgo. Y a la hora de la verdad, solo se presentó Kylian Mbappé. Y junto a él, un señor equipo. Un PSG que, sin Neymar ni Di María, arrolló de principio a fin a un Barça que parecía que jugara a otra cosa. Físicamente, la noche y el día. Tácticamente, dos mundos opuestos. Y en cuando a calidad, solo retazos de Messi, que tuvo la ocasión de comprobar en directo que el Barça actúa con una velocidad muy inferior a su oponente, señala Diario Sport.
Fueron cuatro, sí, pero pudieron ser más. Ter Stegen volvió a ser el mejor azulgrana. Y eso, con ser una gran noticia, en el fondo es malísima, porque pone en evidencia el sistema defensivo del Barça. Anoche, atacó mal y defendió peor. Koeman, desde luego, tiene un gran problema con Dest. El holandés es un verdadero desastre. No solamente no pasó del centro del campo, es que fue superado una y otra vez por un Mbappé en estado de gracia.