Más del 90% de la población venezolana no recibe agua de manera continua, a pesar de que la nación se destaca entre las 10 que cuenta con la mayor reserva de agua dulce del mundo, esto es producto del deterioro progresivo por la falta de mantenimiento del sistema hídrico nacional.
La diputada Nora Bracho denunció como en otras ocasiones que la situación de falta de agua que viven los venezolanos y las precarias condiciones de insalubridad de la poca que llega por tubería o por cisterna, que es de color marrón, con residuos fecales y mal oliente.
Agregó además que el agua potable no recibe el tratamiento adecuado para el consumo humano, por la falta de plantas potabilizadoras, el abandono del régimen a las políticas públicas ha llevado al total deterioro del sistema hidrológico del país, así como el de todos los servicios públicos como la electricidad y el gas doméstico.
“Lamentablemente el problema del servicio de agua potable en Venezuela sigue ganando terreno y se agudiza por el riesgo que tenemos los venezolanos ante la pandemia mundial del Covid-19. El Agua que es un derecho humano, y en el país dista mucho de garantizar este derecho, entendiendo que el agua es un elemento esencial para hacer efectivas otras prerrogativas como la salud y la alimentación. Es visible la falta de inversión en este aspecto”, afirmó la parlamentaria zuliana.
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Aseveró que son más de 20 años en lo que poco o nada se ha invertido en crear nuevas fuentes de agua, como represas, en adecuar las instalaciones de potabilización o los acueductos.
”Ya superamos el 90 por ciento de la población que no recibe agua de manera continua. Es una cifra alarmante y hasta escandalosa en un país que cuenta con buenas reservas de agua dulce y donde las lluvias ayudan a llenar los embalses” dijo.
Agregó que lo verdaderamente trágico es que el ciudadano debe apartar de sus ya menguados y escasos ingresos para comprar una pipa de agua en un dólar o dos botellones de agua en recarga por el mismo precio.
“También se convierten en una suerte de mula de carga e ir hasta ríos, quebradas, cañadas y otras tomas improvisadas para abastecerse del vital líquido”, dijo la diputada Bracho.
Citó una frase de un informe realizado por expertos de la ONU: “Para las personas más privilegiadas, lavarse las manos con jabón y agua limpia, la principal defensa contra el coronavirus, es un gesto sencillo”.
“Si, pero para algunos es un lujo que no pueden permitirse, como en Venezuela. Nos queda preguntarnos, ¿qué habrá pasado con los 252 camiones cisternas que le compró Maduro en mayo de 2020 a China y que debían ser mil? Les diré, ya muchos están arrumados por falta de repuestos porque solo fue otro guiso de los delincuentes de la revolución”, sentenció la diputada zuliana.
Sostuvo que la gente está dispuesta a pagar los servicios de agua, pero para obtener un servicio de calidad agua, limpia, sana, óptima para el consumo humano, al igual que la electricidad y el gas que no fallen nunca.
“Las cifras que nos presenta el Monitor de Servicios Públicos son contundentes de 112 días monitoreados, en 60 hubo una ausencia absoluta del preciado líquido. El caso se agrava si agregamos que el 70% de los centros de salud no cuentan con agua. ¿Qué esperanza pueden tener los enfermos si en los hospitales se les piden hasta el agua? ¿Qué salubridad puede tener alguien de los pisos 6 o 7 del hospital Universitario de Maracaibo si el agua la suben en pipas? Ojo, esto es solo un ejemplo puntual de una realidad que se vive en todo nuestro sistema de salud”.
Alertó finalmente que es urgente encontrar la manera de ejecutar un cambio, que la vida de los venezolanos no puede seguir en manos de un régimen delincuencial, porque la salud no espera y ya son muchas las situaciones que los está matando.
“Me refiero al hampa, el hambre, la depresión y hasta la migración forzada, que los hace caer en manos de organizaciones criminales de trata de blancas o del narcotráfico”, puntualizó la diputada Bracho.