El parlamento europeo debería aprobar el martes el acuerdo comercial de la Unión Europea con el Reino Unido, la última etapa del largo proceso del brexit, pero sin muchas esperanzas de aliviar la tumultuosa relación entre Londres y Bruselas.
La jornada de definición llega en medio de amenazas de Francia sobre adopción de “medidas de reciprocidad” a los servicios financieros británicos y no se aplica de inmediato la parte del acuerdo referida a los derechos de pesca.
“El Reino Unido espera de nuestra parte un cierto número de autorizaciones de servicios financieros. No los otorgaremos sino tenemos garantías sobre cuestiones de pesca y otros asuntos”, dijo a la prensa el secretario de estado francés para asuntos europeos, Clément Beaune.
La votación tendrá lugar el martes por la noche, tras un debate plenario de cinco horas, pero el resultado, que no ofrece dudas, no se anunciará oficialmente hasta el miércoles a las 09h00 (07h00 GMT).
“Espero que el texto sea votado por una mayoría de al menos tres cuartos”, dijo el socialdemócrata alemán Bernd Lange, presidente de la comisión Comercio Internacional.
La votación irá acompañada de una resolución parlamentaria no vinculante en la que los eurodiputados califican el Brexit de “error histórico”.
Ese documento destaca que el Parlamento Europeo deberá estar plenamente asociado a las futuras negociaciones con Londres por la administración del acuerdo posbrexit, como lo había prometido la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen
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“Digno de confianza”
Las relaciones ya se han visto profundamente afectadas por la decisión británica de abandonar el mercado único, oficial desde el 31 de enero de 2020, pero solo efectiva desde principios de año.
En el ámbito comercial, las exportaciones europeas al Reino Unido cayeron un 20,2%, mientras que las importaciones británicas de la UE descendieron un 47% en los dos primeros meses de 2021, según Eurostat.
A ello se suma una crisis de confianza entre los dos socios, tras varias decisiones de Downing Street que ponen en duda el anterior acuerdo con la UE, el tratado del Brexit de 2019, que organiza el divorcio.
“En muchas ocasiones, Londres tomó posiciones que van en contra de nuestros intereses comunes y esto no ayudó a trabajar en un clima de serenidad”, explicó a la AFP el eurodiputado luxemburgués Christophe Hansen (PPE, derecha).
“Ahora es importante que Boris Johnson cumpla sus promesas y demuestre que es digno de confianza”, añadió.
Los europeos critican especialmente a Londres por violar el protocolo irlandés recogido en el tratado del Brexit al aplazar ciertos controles aduaneros y sanitarios en Irlanda del Norte.
Estos controles debían realizarse entre esta provincia británica y el resto del Reino Unido, para evitar el regreso de una frontera en la isla de Irlanda.
En su mensaje a los eurodiputados, Von der Leyen aseguró que la UE “no dudará” en utilizar contra el Reino Unido las medidas unilaterales de corrección previstas en el acuerdo, si se tornan necesarias
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Leña al fuego por el brexit
En señal de protesta por el gesto británico en Irlanda, los eurodiputados había retrasado al máximo fijar una fecha para dar luz verde al acuerdo comercial.
“El gobierno británico no debe interpretar (el voto del martes) como una señal de que bajamos la guardia”, advirtió el eurodiputado socialdemócrata austriaco Andreas Schieder.
Desde el acceso efectivo de los pescadores europeos a las aguas británicas hasta el lugar que ocupan los servicios financieros de la City en el mercado único, varios puntos de fricción entre Londres y Bruselas siguen sin resolverse.
Y la reciente disputa por los retrasos en el suministro de vacunas de AstraZeneca al continente, cuando el Reino Unido se abastecía a tiempo, ha echado más leña al fuego.
“La UE quiere claramente cerrar este desafortunado capítulo” del brexit “y relegar la relación UE-Reino Unido a una cuestión de tercer orden, preferiblemente tratada por comités técnicos”, afirma Fabian Zuleeg, director gerente del ‘think tank’ European Policy Centre.
Fuente: AFP