viernes, noviembre 22, 2024
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Los prejuicios de Irrael

Irrael, entiendo que me lees y que a veces me has escrito en público y por privado, una vez siendo condescendiente desde la ignorancia, al afirmar que como era pobre, podías ayudarme.

Otro día fue a DM, porque te pusiste nervioso por un post que le dediqué a una de tus clientes que critiqué por ser una artista del plagio.

Observo que es un “modus operandi” súper tóxico, que has utilizado recientemente, para presionar a una persona de la comunidad LGBTIQ+ que solo quiso disentir. En una mala nota de ciberbullying.

Por mi lado, no sabías que, en realidad, soy un profesor orgullosamente solvente, gracias a los múltiples trabajos que realizo, uno de ellos como director editorial de un medio de comunicación, Globomiami.

Te quedaste con la info de mi bio, pensando que estaba en el paro o en la quilla por ser docente, un oficio digno.

Irrael, ahí cometiste el mismo error que ahora te atribuyen en Twitter, que es sacar cuestiones fuera de contexto, y mirarlas según el privilegio de tu ombligo, con una posición de perdonavidas.

Irrael

En mi caso, daba igual y no quise responderte, dejándolo así, pues conocer tu desinformación, confirmaba mi sospecha.

Irrael, ahora veo que haces lo propio con la comunidad LGBTIQ+, en un video displicente y desconectado, donde te sientes ofendido por el día del orgullo, como si el asunto fuese contigo.

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Entre los múltiples dislates de tu comunicación, para crear una cascada artificial, quiero refutar tres en específico.

Irrael, primero usas un oxímoron, un dilema falso como el del título “inclusión excluyente”, que no existe.

En este caso aseguras una tesis o una teoría que apenas compruebas en la conversación informal con un pana, dentro de un carro, antes de almorzar.

No hay metodología que compruebe tu afirmación temeraria, que lanzas al vacío de la red, solo para provocar una reacción ante un tema sensible. 

Antes comparas “el día del orgullo” con una religión como la judía, sonando a desprecio antisemita.

Luego, hablas únicamente desde tu experiencia y tu limitada visión del asunto.

Mejor buscarse a un experto o un especialista, que te pueda ilustrar y sensibilizar.

Irrael, prefieres quedarte convencido con tu prejuicio disolvente y auténticamente excluyente, en el que despachas un problema complejo con una salida que no aporta, nada más para venderte en el mercado, otra vez.

De tal modo desaprovechas una oportunidad de visibilizar la lucha y la verdadera discriminación que sufren los seres humanos de la comunidad en Venezuela, por manifestar su libertad sexual.

Olvidas que recientemente mataron a tres personas de la comunidad en Caurimare, y que tales asesinatos fueron sí relacionados con la purgas que provocan el desplazamiento de homosexuales de Chechenia y Rusia, donde desgraciadamente no solo es que los condenan sino que los cazan como en una película de “Hunger Games”.

Al respecto, te recomiendo el documental “Welcome To Chechenia”.

Por tanto, es problema serio que merece no un video con el amigo en el carro, sino una serie de entrevistas con ONGS y defensores de los derechos humanos de la comunidad.

Creo que los influencers, con sus cuentas de millones de seguidores, deben ganar en empatía y solidaridad, menos en egocentrismo y autoindulgencia.

Su impacto en las redes es dramático, generando adhesiones inmediatas, que escapan de la lógica y la razón.

Es un fenómeno que roza el fanatismo y la fe ciega, al punto que puede desembocar en olas de desinformación, y cascadas artificiales como las de Irrael, que se cuelgan a un tema polarizante, para sacar réditos y vencer en la explotación de las divisiones.

Como paso del rencor y del resentimiento, te invito Irrael a que profundices en la materia, a que no te conformes con tu lectura reduccionista, a que investigues y siembres conciencia.

¿Por qué un día del orgullo LGBTIQ+?

Para empezar porque hay antecedentes de exclusión, y una historia de abuso y acoso que contar cada año, recordando las protestas de Stonewall.

No es una conspiración del estado profundo, o una influencia progre que busca manipularnos, o una agenda oculta y perniciosa.

Se trata, en definitiva, de avanzar y evolucionar hacia un mundo, donde no te miren feo, no te criminalicen, no te victimicen, no te saquen de tu país, por elegir el género y el sexo de tu preferencia.

Sentido común, es una cuestión de apertura. 

Sergio Monsalve. Director Editorial de Globomiami.

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