Caracas.-Elizabeth Fuentes | 11 octubre, 2018
El despliegue anunciado por el Comando Estratégico Operacional de las Fuerzas Armadas de Venezuela en todo el eje fronterizo -desde el norte del Zulia, bajando al Táchira y siguiendo por el Apure hasta Amazonas-, se produjo poco después de las sanciones económicas anunciadas contra la primera dama, Cilia Flores, con el claro objetivo de “enseñarle los dientes” al presunto enemigo colombiano y tratar de asustar de esta manera al gobierno y al ejército del país limítrofe. Nada diplomático el asunto.
Con la clara posibilidad de que el ultraderechista Jair Bolsonaro gane las elecciones en Brasil, los estrategas del chavismo y sus aliados temen constantemente la posibilidad de que, una vez en el poder, el nuevo gobierno de Brasil y el de Colombia hagan alianza e intenten agredir militarmente a Venezuela. Pero ocurre que en la otra esquina del ring está el hecho de que China, Rusia y Turquía han escogido a Venezuela para confrontar a Donald Trump, lo que ha convertido a nuestro país y sus riquezas en un elemento estratégico muy importante en el tablero internacional. De allí que la posibilidad de una intervención armada luzca cada vez más imposible y, los menos radicales, prefieran apostar a que la presión de las medidas económicas sobre determinados personeros del régimen, haga lo suyo tarde o temprano.
No obstante, alguien muy cercano a la cancillería chavista asegura que si bien el eje Rusia, China y Turquía es un elemento de contención, “lo que no les gusta, al menos a los chinos, es la inestabilidad. Les preocupa la falta de seriedad del Gobierno venezolano, la mala gestión en todos los ámbitos”. Y le parece sumamente extraño que el embajador de China en Venezuela, Li Baorong, no hiciera acto de presencia en los actos conmemorativos del Día Nacional de China, que se realizó el pasado 26 de septiembre en un hotel de Caracas, y en su lugar enviara al Encargado de Negocios de la Embajada de China, Xing Wenju.
“El problema, agrega el informante, es que los representantes del chavismo y el gobierno solo solicitan ayuda al resto de los países cuando se sienten con la soga al cuello. Y toda la representación diplomática acreditada en Venezuela lo sabe, porque lo ha vivido. De resto, no establecen ningún tipo de acercamiento. Se aíslan. El chavismo, en el área diplomática, es una caja negra”.