El gobierno británico, aún enzarzado en unas inciertas negociaciones con la Unión Europea en busca de un acuerdo comercial que rija sus futuras relaciones, instó el martes a las empresas a prepararse para los cambios que llegarán a final de año.
Cuando falta exactamente un mes para que el Reino Unido deje total y definitivamente de aplicar las regulaciones europeas, el ejecutivo advirtió a las empresas de que necesitan ultimar sus preparativos para evitar posibles trastornos cuando empiecen a aplicarse las nuevas normas el 1 de enero.
“No hay tiempo que perder”, afirmó Michael Gove, ministro responsable de coordinar la acción gubernamental, dirigiéndose a los círculos empresariales británicos.
“Sea cual sea el resultado de nuestras negociaciones con la UE, hay cambios definitivos para los que las empresas deben prepararse”, advirtió.
Casi cuatro años después del referéndum de 2016 que dividió al país y provocó caos y parálisis política, el Reino Unido abandonó oficialmente el bloque comunitario el 31 de enero.
Pero desde entonces ha estado en un fase de transición posbrexit durante la cual ha seguido aplicando las regulaciones europeas mientras negociaba con Bruselas lo que esperaba que fuera un gran acuerdo de libre comercio con el que prescindir de aranceles y otras barreras aduaneras.
Esta fase finaliza el 31 de diciembre y si para entonces no se ha alcanzado un acuerdo se produciría una ruptura brutal que implicaría una montaña de trámites administrativos que amenazan con bloquear los puertos británicos. Especialmente si las empresas no están preparadas para realizarlos.
En el caso de una separación sin acuerdo, hasta 7.000 camiones podrían quedar varados cerca del puerto de Dover el 1 de enero, con hasta dos días de espera para cruzar el Canal de la Mancha, según una estimación realizada por el ejecutivo británico en septiembre.
“Probables” trastornos en la frontera
Las negociaciones comerciales están estancadas desde hace meses en torno a la demanda europea de seguir pudiendo pescando en los ricos calderos británicos tras el brexit y las garantías de competencia leal requeridas a Londres a cambio de un acceso abierto al mercado común europeo.
Este fin de semana se reanudaron cara a cara después de que los equipos tuvieran que limitarse a contactos en línea debido a la detección de un caso de covid-19 entre los negociadores europeos.
El martes proseguían en la capital británica sin acuerdo de momento a la vista.
“Seguimos comprometidos a tratar de lograrlo lo antes posible”, dijo el portavoz del primer ministro Boris Johnson a los periodistas el lunes. Pero “hemos sido claros en que no cambiaremos nuestra posición de negociación“, añadió.
Sin embargo, incluso si llegan a un acuerdo aumentarán los trámites para las empresas y muchas reconocieron no estar listas para ello.
El ministro de Empresa, Alok Sharma, anunció haber escrito a casi cinco millones de compañías para advertirles de los retos que se avecinan.
“Nuestro nuevo comienzo fuera del mercado único y la unión aduanera de la UE está al caer”, afirmó. “Al entrar en la recta final, las empresas deben asegurarse de que están totalmente preparadas para las nuevas normas y oportunidades que traerá consigo el ser una nación comercial independiente”, agregó, citado en un comunicado.
El gobierno también ha puesto en marcha un centro de operaciones para controlar el movimiento en las fronteras.
Este centro, que funcionará las 24 horas y siete días por semana, tiene por objeto proporcionar información en tiempo real que permita a las autoridades reaccionar rápidamente para limitar perturbaciones, como largas colas de camiones para abordar los ferries que cruzan el Canal de la Mancha.
“Es probable que los cambios en la forma de comerciar con Europa causen trastornos a corto plazo en la frontera. Sin embargo, con el acceso a una mejor información que antes, el gobierno podrá asegurar el movimiento fluido de bienes y personas y hacer nuestro país más seguro”, precisó el comunicado.
Fuente: AFP