El regreso a clases se está convirtiendo en estos días en uno de los asuntos que más preocupan a la sociedad civil en Venezuela, lo que se suma a la crisis de gasolina, las fallas en los servicios públicos, la situación económica y la ineludible pandemia de coronavirus.
En ese contexto, el régimen de Nicolás Maduro llamó a comenzar el año escolar este mes y propone para ello una modalidad mixta, entre clases presenciales y actividades remotas.
Al respecto, la rectora de la Universidad Central de Venezuela, Cecilia García Arocha, informó este miércoles que, con el consenso del resto de las autoridades, remitió una comunicación al Ministerio para la Educación Universitaria, ante el llamado realizado para que se dé inicio a las clases a partir del 16 de septiembre.
En el documento, se reiteró que las 11 Facultades que conforman la casa de estudios superiores más importante del país acordaron por unanimidad no dar inicio a las actividades, en ninguna de sus sedes, entre tanto se mantengan los riesgos asociados a los contagios de covid-19.
“Los 11 decanos, reunidos el 28 de agosto, decidieron por unanimidad no iniciar actividades presenciales ni semipresenciales en esta casa de estudios el 16 de septiembre, hasta que las condiciones de riesgo y contagio inherentes al covid-19 disminuyan. Decisión que está respaldada en los informes presentados y considerados y que respetamos. En tal sentido se ratifica la vigencia de la decisión tomada por el Consejo Universitario en marzo en referencia a la suspensión de actividades administrativas y académicas”, señala el comunicado.
Además, se anunció a la comunidad universitaria que el primer Consejo Universitario está pautado para el 23 de septiembre.
“Contará con la presencia de los doctores Julio Castro y Enrique López Loyo, quienes nos hablarán de la pandemia del covid-19, la situación actual y proyecciones para nuestro país, lo que enriquecerá el debate en las decisiones que cada Facultad tome con respecto a la modalidad con la que darán inicio a las actividades académicas”, detalló García Arocha.
Clases a distancia
El martes, César Trómpiz, ministro de Educación Universitaria del régimen, aseguró que se efectuó una consulta nacional en la que supuestamente se demostró que 79% de los venezolanos está de acuerdo con comenzar las clases de forma remota.
Sin embargo, con anterioridad las distintas autoridades de comunidades universitarias así como los instituciones en materia de educación primaria y secundaria han señalado que la modalidad de estudios a distancia supone enormes dificultades para profesores y estudiantes.
Afirman que no existen las condiciones tecnológicas requeridas para cumplir eficientemente con los programas. Además, no toda la población posee dispositivos como computadoras y teléfonos inteligentes.
A ello se une la ineficiencia en los servicios de electricidad y telecomunicaciones, los cuales presentan fallas que pueden extenderse por días, especialmente en los estados del interior del país.
Antes ese escenario, la Federación Venezolana de Maestros ratificó el martes que la pretensión del régimen madurista de imponer una modalidad que implique actividades remotas para el año escolar 2020-2021, involucra una ineludible discriminación.
Sin servicios sanitarios en las instituciones
Así mismo, Nicolás Maduro propuso que paulatinamente los estudiantes vayan regresando a las aulas a partir del próximo mes de octubre.
Este planteamiento también ha generado el rechazo generalizado dentro del gremio docente y de la sociedad civil en general, por considerar que pone en riesgo la salud de los niños y jóvenes, ante la consabida inexistencia de condiciones sanitarias en las instituciones educativas de los distintos niveles de instrucción, especialmente en lo que se refiere al servicio de agua.