La tormenta que azotó el martes a España y que ha causado terribles inundaciones en algunas localidades del país, dejó al menos 158 muertos.
También ha inundado pueblos y carreteras, ha causado el desbordamiento de ríos y ha dejado a miles sin electricidad ni agua corriente.
Valencia, la región más afectada, experimentó su mayor cantidad de lluvia en 28 años, con personas atrapadas en sótanos y pisos bajos de edificios. Vehículos abandonados en el tráfico fueron arrastrados por las riadas.
Las autoridades han recuperado 158 cadáveres —155 en la región oriental de Valencia, dos en Castilla La Mancha y uno en Andalucía— y buscan a un número indeterminado de desaparecidos.
En el interior de algunos vehículos que el agua arrastró hasta formar pilas o estrellarse contra edificios, todavía hay víctimas mortales esperando ser identificadas.
Con al menos 158 muertos, esta es además la tragedia natural más letal en la historia de España, superando a la riada que arrasó un camping junto al río Gállego, en Biescas, en la provincia nororiental de Huesca, y mató a 87 personas en agosto de 1996