sábado, noviembre 23, 2024
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Hawkers, la empresa nacida de la corrupción bolivariana, se enfrenta a pérdidas millonarias y se dirige a la quiebra

Cuenta atrás para Hawkers. La ‘startup’ española se enfrentaba en 2018 a su prueba de fuego. A comienzos de año la situación era preocupante: fuga de directivos clave, gastos desbocados y números rojos que empezaban a inquietar. Diez meses después, fuentes conocedoras de su situación financiera y estratégica pintan una foto aún peor: la empresa se ha adentrado en pérdidas millonarias (y sin una estrategia clara para salir), ha perdido la confianza de varios proveedores, a los que debe dinero desde hace meses y no está cumpliendo los objetivos de negocio marcados. La situación ha generado un malestar interno de parte de los empleados, la dirección y el consejo hacia quien consideran el principal culpable del rumbo de Hawkers, el actual director general Francisco Pérez. O como le conocen internamente: “el pequeño dictador”.

El CONFIDNENCIAL/MANUEL ÁNGEL MÉNDEZ

Múltiples altos directivos consultados conocedores de la salud financiera de la compañía aseguran que esta se encuentra ante un punto de inflexión decisivo. De no llevar a cabo cambios drásticos en su gestión y estrategia, señalan, la ‘startup’ está abocada a vender al mejor postor e incluso podría desaparecer. “Se ha producido una tormenta perfecta. No se están cumpliendo los números, hay pérdidas millonarias, impagos a proveedores y los dueños inversores ya no confían como antes en la directiva”, explica un actual ejecutivo que pide mantener su anonimato.

Esos “dueños inversores” son en realidad una persona: el venezolano Alejandro Betancourt, en poder de alrededor del 60% de la empresa tras su ronda de 50 millones de euros y la compra del paquete accionarial de Alex Moreno, uno de los cofundadores y consejero delegado hasta octubre de 2017, fecha en la que abandonó para siempre la empresa. Tras la salida de Moreno, Francisco Pérez tomó las riendas ejerciendo de consejero delegado no oficial, aunque en realidad llevaba en la sombra al frente de la ‘startup’ desde al menos los dos últimos años.

“Moreno era el alma de Hawkers, pero nunca estuvo en el día a día. Él traía las ideas, la estrategia de marketing. La gestión siempre la llevó Paco Pérez. Desde el último año se ha puesto a hacer de CEO y no hay rumbo. Él ha sido el responsable de que la estrategia de tiendas físicas no funcione como debe y de que la gente más brillante decida irse. No está preparado, es arrogante e inestable. Yo me fui desesperado. Otro directivo se cogió baja por depresión. Otro brillantísimo se fue tras soportar algo muy cercano al ‘mobbing’”, explica otra fuente conocedora de la situación interna.

La situación financiera real de Hawkers es un misterio. Sus cuentas no están consolidadas y gran parte de su negocio procede de fuera de España, principalmente de México. Sin embargo, lo que sí se sabe de las cuentas depositadas en el Registro Mercantil indica una senda preocupante: entre 2015 y 2016 los ingresos de la sociedad Play Hawkers aumentaron un 45% hasta los 31 millones de euros, pero sus pérdidas se dispararon un 500% hasta los 4 millones, frente al millón de euros de beneficio del año anterior. La compañía debería haber presentado en julio las cuentas de 2017, pero no lo hizo. Fuentes conocedoras de los datos internos no publicados aseguran que los ingresos el año pasado siguieron creciendo a doble dígito pero las pérdidas se habrían más que duplicado y podrían rozar los 10 millones de euros.

El aumento de las pérdidas se explica por un cóctel de variables: un desmesurado aumento de plantilla (de unos 150 empleados a finales de 2016 a unos 260 hoy en día), costes de captación de clientes en campañas ‘online’ cada vez más elevados, costes fijos derivados del cambio de sede en Elche en 2017 (a un espacio de 3.000 metros cuadrados), manteniendo además otras sedes como la de Barcelona, donde se ubica la marca Northweek (comprada en 2016) y fuertes costes derivados de una agresiva expansión internacional (con campañas online abiertas de forma continua en unos 50 países) y expansión en tiendas (un total de 45 entre España, Italia y Portugal, y subiendo cada mes).

A estos factores hay que añadir otro más polémico que ha generado división interna. Fuentes de alta dirección señalan que los sueldos de Franciso Pérez y su equipo de confianza son desmesurados en comparación con el resto de altos cargos e intermedios. “Recientemente, Paco decidió subirse el sueldo a él mismo y al resto de su equipo cercano. En muchos casos hablamos de gente que cobra un 50% más que el mejor sueldo que existe por debajo de ellos. No es justificado dada la situación actual”, explican.

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