He tomado por costumbre ir de bajo perfil a los lugares que me recomiendan. Sin mucho protocolo para vivir una experiencia real, que no sea pactada por un intercambio. Así puedo sondear los criterios de calidad de los locales y recomendarlos. Hoy quiero hablarles de “Guillao”.

“Guillao” es un local que queda enmarcado debajo de la biblioteca de Los Palos Grandes. Su ubicación privilegiada ofrece una carta precisa, a la altura del contexto. Solo preparan sándwich de pastrami al estilo de Nueva York.

He visitado la Gran Manzana y los he probado. Los de “Guillao” son idénticos en sabor, proporción y mezcla de los ingredientes. Salvando las distancias, cada bocado te transporta, aprovechando además las condiciones ideales del entorno, al calor de un servicio humano y empático.

Uno come delante de una gigantografía del puente de Puente de Brooklyn. Al lado hay una pintura mural realizada por artistas locales. Una creativa intervención del espacio. Fuimos anoche, con distanciamiento social y medidas de bioseguridad.

Al estar en una plaza, el cliente se siente protegido por la circulación del aire, en armonía con las actividades que se desarrollan espontáneamente alrededor. Hay muchos niños jugando con pelotas, la presencia de una policía respetuosa que vigila, garantizando seguridad.

Es un ambiente familiar, como el de una Caracas sana y posible. Jóvenes se sentaron, pidieron sus birras, tomaron, conversaron y se marcharon alegres. Al lado unas personas de la tercera edad compartían bebidas de café. Nosotros cenamos y hablamos durante dos horas.

Nos atendió una chica llamada Gaby, quien sonreía y tenía ánimos para ser genuinamente ocurrente, a pesar de las horas. Nos cautivó desde el momento en que llegamos. Trabajó y se ganó su buena propina en sus oportunas atenciones. Estamos agradecidos con ella por el trato.

Varios amigos nos recomendaron “Guillao”. Uno que es prejuicioso y crítico, pensaba que era puro hype y humo. Hoy confirmo que su fama es cierta y que volveré pronto. Porque uno regresa donde se siente elevado y ennoblecido. De los sitios que te reconcilian con tu país.

Sergio Monsalve. Director Editorial de Globomiami.