La derechista Keiko Fujimori y el izquierdista Pedro Castillo cerraron este pasado jueves, en sendos mítines en Lima, sus campañas hacia el reñido balotaje del domingo en Perú.
Keiko Fujimori cerró su carrera con un abrazo de reconciliación con su hermano menor, Kenji, de quien se había distanciado por pugnas políticas hace casi cuatro años.
Mientras tanto, en el otro bando, la esposa de Castillo, Liliana Paredes, participó por primera vez en un mitin electoral, informó AFP.
Sobre un escenario con pantalla gigante levantado en Villa El Salvador, un populoso distrito del sur de Lima, los hermanos Fujimori cantaron y bailaron mientras los asistentes al acto, realizado al caer la noche, coreaban consignas y alzaban banderas peruanas y naranjas del partido fujimorista Fuerza Popular.
“Estoy profundamente emocionada de estar acá parada frente a ustedes. Hace aproximadamente un año volví a casa después de estar tres veces injustamente en prisión”, dijo Keiko Fujimori ante la multitud.
La primogénita del encarcelado expresidente Alberto Fujimori (1990-2000) estuvo en prisión 16 meses en el marco del escándalo de la constructora brasileña Odebrecht, que salpicó también a cuatro exmandatarios peruanos.
Si pierde el balotaje, será llevada a juicio, pero si gana tendrá inmunidad. Ella niega los cargos de lavado de dinero que presentó la fiscalía.
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Keiko Fujimori, de 46 años, quien vestía la camiseta de la selección peruana de fútbol, pantalones vaqueros y portaba mascarilla, destacó que en esta campaña electoral pudo reencontrarse con su familia.
“Pude reencontrarme con Kenji”, dijo antes de llamarlo a subir al escenario.
El menor de los Fujimori, de 41 años, quien perdió su escaño en el Congreso hace tres años por obra del partido que dirige su hermana, dijo estaba “orgulloso” de ella.
“No saben la inmensa alegría que siento de poder estar aquí con todos ustedes. Sentir esa energía positiva. Keiko, no sabes lo orgulloso que me siento de ti”, expresó el benjamín del clan, quien también vestía la camiseta peruana.
Luego de bailar con su hermano y otros invitados, la candidata se quitó la mascarilla para hablar sobre sus propuestas de reducir impuestos, otorgar créditos blandos y subsidios.
Castillo respaldado por Pepe Mujica
Casi a la misma hora, Castillo cerraba su campaña en un mitin en la plaza 2 de mayo, en el centro de Lima, luego de haber recibido el simbólico apoyo del expresidente uruguayo José Mujica (2010-2015), un ícono de la izquierda latinoamericana.
El exmandatario uruguayo, de 86 años, exhortó a Castillo a que “no caiga en el autoritarismo” y a reconocer sus errores si se equivoca para no perder la confianza del pueblo peruano.
Poco después, en el acto de cierre de campaña, Castillo llamó a sus seguidores a defender su voto durante el conteo de sufragios.
La multitud ovacionaba cada frase que pronunciaba el candidato, quien sostenía en una mano el micrófono y en la otra un enorme lápiz de color amarillo, símbolo de su campaña.
El maestro de escuela rural, de 51 años y del partido Perú Libre, vestía una casaca roja con la palabra Perú y lucía su sombrero blanco de copa alta, típico de los campesinos de su natal Cajamarca (norte).
Castillo enumeró algunas de sus propuestas en materia de salud y educación, así como la de convocar a una Asamblea Constituyente que redacte una nueva Carta Magna.
La actual Constitución, promulgada en 1993 por el presidente Alberto Fujimori, el padre de la adversaria de Castillo, garantiza el libre mercado.
“Hay muchas demandas en el país, hay muchas demandas de los compañeros que piden justicia y reivindicaciones. Hagámoslo efectivo en la convocatoria de esta Asamblea Constituyente”, dijo el candidato.
Castillo había dicho anteriormente que de ser elegido renunciará al sueldo de presidente para continuar cobrando el salario de maestro de escuela rural. Ahora afirmó que renunciará también a la pensión que perciben los exgobernantes peruanos.
“No más pobres en un país rico”, dijo al cerrar su discurso y abrazar a su esposa Liliana, quien apareció por primera vez en un acto de campaña.