El presidente de Argentina, Alberto Fernández afirmó que no hay delito que perseguir en el escándalo por la vacunación irregular contra el covid-19 de 70 personas, incluidos políticos, y tildó de “payasada” las denuncias que se han presentado.
El mandatario, quien está en México en una visita oficial y participó en la conferencia matutina del gobernante de ese país, Manuel López Obrador, expresó que el tema de las vacunas es “muy sensible” y debe ser tratado “con absoluta seriedad” para no ser politizado.
“He leído que han hecho una denuncia (…)¡Terminemos con la payasada! Yo le pido a los fiscales y a los jueces que hagan lo que deben. No hay ningún tipo penal en Argentina que diga ‘será castigado el que vacune a otro que se adelantó en la fila’. No existe ese delito y no se pueden construir delitos graciosamente”, declaró el argentino.
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El escándalo de las llamadas “vacunas VIP” provocó la renuncia del ministro de Salud de Argentina, Ginés González García. El presidente del país suramericano no descartó que vaya a pedir la renuncia de otros funcionarios de su gabinete ministerial.
“Se van a tener que ir los que se tengan que ir porque nunca promoví ni avalé nada de eso”, dijo Fernández.
70 personas tuvieron prioridad de vacunarse
En la lista de 70 personas que recibieron la inyección Sputnik V, publicada por el gobierno, figura el mismo Fernández, su ministro de Economía, Martín Guzmán, así como otros políticos, empresarios y periodistas.
El mandatario argentino y su vicepresidenta, Cristina de Kirchner, fueron los primeros en ser inmunizados. Ambos mayores de 60 años de edad lo hicieron frente a las cámaras para trasmitirle confianza a la población.
“Yo me tuve que dar la vacuna porque los medios argentinos decían que no se podía confiar en la vacuna rusa”, manifestó Fernández. Justificó que era “estratégico” vacunar a otros altos funcionarios por el trabajo que desempeñan.