César Farías sigue conmocionado. El fallecimiento por coronavirus de César Salinas, el presidente de la Federación Boliviana de Fútbol, fue un duro golpe para el entrenador de la selección mayor, uno que todavía intenta asimilar.
“Es muy triste lo que sucedió, y uno se siente de manos atadas, muy frustrado por no tener respuesta a los imponderantes del momento. Reitero mis condolencias para sus seres queridos”, dice notoriamente consternado el venezolano a FIFA.com.
Farías admite que “hablar de fútbol ayuda a convivir con la situación, ya que fue a través del fútbol que lo conocí”. Y el tema preponderante es el inicio de la eliminatoria sudamericana a la Copa Mundial de la FIFA Catar 2022™, programada para octubre.
Este será el tercer proceso clasificatorio mundialista para venezolano de 47 años. En los dos primeros, como seleccionador de su país, cosechó el 38,33% de los puntos en 14 partidos rumbo a Sudáfrica 2010, y el 41,67% en 16 partidos camino a Brasil 2014.
Con la luz verde para comenzar la preparación a principios de agosto, Farías aspira mejorar esos números y depositar a Bolivia en su primer Mundial desde EEUU 1994. De ese objetivo, así como también del desafío de trabajar en medio de la pandemia y de otros temas, habló con FIFA.com.
Desde lo profesional, ¿cómo ha convivido con la pandemia?
El confinamiento nos permitió seguir creciendo. Trabajamos muchísimo, investigando, intercambiando conocimientos con colegas, charlando diariamente con los futbolistas. Aprovechamos el tiempo, fue como un curso intensivo para entrenador de alto nivel.
¿Qué conversa con sus jugadores?
Los grandes equipos siempre tuvieron una intimidad fuerte. Hablas con campeones del mundo como Nery Pumpido, o con entrenadores mundialistas, caso Xabier Azkargorta y Francisco Maturana, y coinciden que el manejo del capital humano es esencial. Entonces, buscamos establecer un lenguaje común, con valores y principios que nos den una fuerza colectiva.
¿Qué pautas de trabajo ha establecido con ellos, y cómo?
En lo físico tienen un plan personal, ya que cada uno lo hace en un ámbito distinto, y lo corregimos casi diariamente. En lo táctico, buscamos qué métodos de enseñanza virtual funcionan, para luego adaptarlos a nuestras necesidades, dándoles conceptos por repetición, por secuencias auditivas y visuales, verbalizados, escritos… Apelamos a ejercicios de neurociencia, cuestionarios… Todo lo que está a nuestro alcance.
¿Nos puede dar algún ejemplo?
En un ejercicio les damos una ráfaga de fotos tipo rompecabezas, desordenadas, para que la armen correctamente. Así buscamos que asimilen conceptos defensivos, como lo pueden ser marcar con tres o con cuatro, cerca del área o en el medio, conceptos ofensivos como el avance en triángulo o las aperturas del juego que pretendemos, o situaciones que se dan ambos frentes, como las pelotas paradas.
¿No le teme a la sobreinformación?
No si la usas bien. Casi les hemos hecho un curso de entrenador a los jugadores. Ellos deben saber que un partido tiene 120 interrupciones, que en Rusia el 45% de los goles vinieron de pelota parada o que la reposición de un córner tarda unos 24 segundos. Deben asimilar los datos y aprovecharlos.
Y lo mismo corre para nosotros. Estudiamos a la generación dorada de Rumanía y cómo se clasificaron a tres Mundiales; cómo hizo Irán, que en el inicio usó jugadores del ámbito local; incluso el proceso de la Francia campeona del mundo… Vamos tomando datos para perfilarlos con nuestros futbolistas.