Altos funcionarios estadounidenses viajarán esta semana a México y Guatemala para analizar la creciente llegada de inmigrantes irregulares a la frontera sur.
Roberta Jacobson, coordinadora de la Casa Blanca para la frontera sur, y Juan Gonzalez, encargado de los asuntos latinoamericanos en el Consejo de Seguridad Nacional, viajarán a México el 22 de marzo, informó la vocera del NSC, Emily Horne.
El objetivo, dijo, es “colaborar con funcionarios del Gobierno de México en el desarrollo de un plan de acción eficaz y humano para gestionar la migración”.
González irá luego a Guatemala para reunirse con funcionarios del Gobierno, representantes de la sociedad civil y oenegés “para abordar las causas fundamentales de la migración en la región y construir un futuro más esperanzador”, agregó.
En ambos viajes, que tendrán lugar del 22 al 25 de marzo, estará Ricardo Zúñiga, el flamante enviado especial del Departamento de Estado para el Triángulo Norte, conformado por El Salvador, Guatemala y Honduras.
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Zúñiga, un diplomático de carrera que asesoró al expresidente Barack Obama, dirigirá los esfuerzos de Estados Unidos para frenar el flujo de indocumentados, e implementar la política anunciada por Biden de destinar unos 4000 millones de dólares para abordar las causas fundamentales de la migración en Centroamérica, dijo el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price.
“El enviado especial se relacionará con los Gobiernos regionales (…) en una variedad de temas para tratar de mejorar las condiciones en Centroamérica”, dijo.
El Gobierno mexicano de Andrés Manuel López Obrador informó que recibirá el martes a a Jacobson, a González y a Zúñiga, y que en el encuentro también participarán representantes de la Cepal de la ONU.
“El principal tema a tratar será la cooperación para el desarrollo en Centroamérica y el sur de México, además de los esfuerzos conjuntos por una migración segura, ordenada y regular”, anunció en Twitter Roberto Velasco, director general para América del Norte de la cancillería mexicana.
Crisis migratoria
Estados Unidos detuvo en febrero a unas 100 000 personas en la frontera sur, incluidos casi 9500 menores no acompañados, un aumento del 28% con respecto a enero.
El Gobierno de Biden reconoció a mitad de marzo que esperaba un flujo histórico de migrantes en la frontera mexicana, el más importante en 20 años.
La afluencia comenzó a incrementarse antes de que Biden asumiera la presidencia el 20 de enero, impulsada por el deterioro de las condiciones de vida en Centroamérica, golpeada por la pandemia de covid-19 y dos devastadores huracanes en noviembre.
Pero la llegada al poder de Biden, que prometió desmantelar la draconiana política antiinmigración de su antecesor Donald Trump, también impulsó la partida de muchas personas esperanzadas con una flexibilización de las condiciones.
La creciente problemática llevó a Biden a desalentar directamente la partida de los migrantes. “No vengan”, dijo la semana pasada.
Con información de la AFP.