El presidente Donald Trump ordenó retirar la mayoría de las tropas estadounidenses de Somalia antes de 2021, es decir justo antes de abandonar el poder, tras acelerar la salida de Afganistán e Irak y cumplir con su promesa de poner fin a las guerras interminables en las que está embarcado su país.
Trump ha ordenado al Departamento de Defensa y al Comando de África de Estados Unidos que reubiquen a la mayoría del personal y activos fuera de Somalia para principios de 2021, dijo el Pentágono en un comunicado.
“Parte de las fuerzas podrán ser reasignadas fuera de África oriental. El resto se trasladarán desde Somalia hacia los países vecinos para permitir operaciones transfronterizas de Estados Unidos y las fuerzas aliadas para mantener la presión sobre las organizaciones extremistas violentas”, agregó la misiva.
Unos 700 soldados de las fuerzas especiales estadounidenses entrenan y asesoran al ejército de este país del Cuerno de África contra los yihadistas de Al Shabab, afiliados a Al Qaeda.
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“Estados Unidos no se está retirando ni separándose de África. Continuaremos debilitando las organizaciones extremistas violentas que amenacen potencialmente nuestro territorio”, aseguró el Pentágono.
Asimismo, se comprometió a “mantener la capacidad de llevar a cabo operaciones antiterroristas selectivas en Somalia”. También continuará con sus actividades de inteligencia.
“Guerras eternas”
Estos anuncios responden al deseo de Trump de retirar soldados de los principales escenarios de operaciones en el extranjero y de “poner fin a las guerras interminables de Estados Unidos”, un deseo que comparte la mayoría de la opinión pública.
Desde la victoria del demócrata Joe Biden en las elecciones presidenciales de noviembre, el magnate republicano, intenta acelerar el retiro de varios países, entre ellos Afganistán e Irak, antes del traspaso del poder el 20 de enero.
El actual ocupante de la Casa Blanca pretende dejar a su sucesor solamente 2500 soldados en cada uno de esos dos países.
Biden también se dijo favorable a poner fin a las “guerras eternas” y podría confirmar estas retiradas, manteniendo apenas unas pequeñas unidades de las fuerzas especiales encargadas de operaciones antiterroristas.
En Somalia, la redistribución anunciada “es una buena decisión” que “parece permitir pasar de un vasto esfuerzo que apunta a combatir contra Al-Shabab en nombre del gobierno somalí a una misión más específica de contraterrorismo”, dijo Defense Priorities, un centro de reflexión cercano al progresimo.
Las intervenciones militares estadounidenses en Somalia “demuestran desde hace varios años que permanecer hasta que no haya más potenciales terroristas en el terreno significaría no irse nunca”, agregó.
Al Shabab sigue siendo una amenaza importante en Somalia y en la región, según afirmó el inspector general del Pentágono en un informe muy reciente.
El grupo “continúa adaptándose, resistiendo y sigue siendo capaz de atacar los intereses occidentales y de sus socios en Somalia y África Oriental”, señaló.
El propio jefe del Estado Mayor estadounidense, el general Mark Milley, admitió el miércoles que Al-Shabab seguían siendo “una amenaza” que debía ser “vigilada”.
Milley explicó que Estados Unidos buscaba el mejor equilibrio para minimizar los riesgos en términos humanos y financieros, y al mismo tiempo llevar a cabo “operaciones antiterroristas” eficaces.
“Pero ninguna de estas operaciones está libre de riesgos”, advirtió, recordando la muerte el mes pasado de un agente de la CIA en Somalia.
A finales de noviembre, justo después de esa muerte, el secretario de Defensa interino estadounidense, Chris Miller, visitó el país africano para pasar la fiesta de Acción de Gracias con sus tropas, cuando la decisión de un próximo retiro de las tropas ya era esperada.
AFP.