Los enfrentamientos entre los grupos armados palestinos, que lanzaron más de mil cohetes hacia territorio israelí, e Israel, que bombardea intensamente la Franja de Gaza, dejaron 58 muertos y hacían temer este miércoles una “guerra a gran escala”.
Israel despertó el miércoles con daños considerables que no se veían desde la guerra de Gaza de 2014, con casas y coches destrozados.
Hasta ahora los enfrentamientos dejaron al menos 58 muertos en ambos bandos, 53 en Gaza, entre ellos 14 niños, y cinco en Israel. También hubo tres muertos en Cisjordania en incidentes separados con el ejército.
La violencia tiene su origen en los disturbios del fin de semana en la Explanada de las Mezquitas, el tercer lugar más sagrado del Islam, en Jerusalén Este, anexionado por Israel en 1967.
La preocupación crece en la comunidad internacional y el Consejo de Seguridad de la ONU se prepara para otra reunión de emergencia el miércoles.
El presidente ruso, Vladimir Putin, y su par turco, Recep Tayyip Erdogan, llamaron este miércoles a la “desescalada”, igual que lo hizo el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, mientras que el enviado de la ONU para Oriente Medio, Tor Wennesland, advirtió del riesgo de una “guerra a gran escala”.
Por su parte la Corte Penal Internacional (CPI) advirtió que se pueden haber cometido “posibles crímenes” de guerra.
Estado de emergencia en Lod
El primer ministro Benjamin Netanyahu declaró el estado de emergencia en la ciudad de población mixta judía-árabe de Lod, donde la policía informó de disturbios por parte de los residentes árabes.
Una violencia que el presidente israelí Reuven Rivlin calificó de “pogromo” por parte de “una multitud árabe sedienta de sangre”.
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Algunos observadores temen que los disturbios civiles se intensifiquen. En varias ciudades mixtas del país, manifestantes con banderas palestinas quemaron coches y propiedades, atacaron a automovilistas y se enfrentaron a la policía.
Según el ejército, los ataques aéreos israelíes, los más intensos desde 2014, son una respuesta a los “más de mil cohetes” lanzados por varios grupos armados desde la Franja de Gaza hacia Israel desde la noche del lunes.
De ese total, unos 850 cohetes cayeron en Israel o fueron interceptados por el sistema de defensa aérea Cúpula de Hierro, y los demás se estrellaron en la Franja de Gaza, según el ministerio israelí de defensa.
“Calma duradera” antes de la tregua
El miércoles el ministro de Defensa israelí, Benny Gantz, dijo durante una visita a la ciudad israelí de Ascalón que “el ejército seguirá atacando para garantizar una calma total y duradera” y aseguró que “solo cuando hayamos alcanzado este objetivo podremos hablar de tregua”.
Israel ha lanzado cientos de ataques aéreos contra el enclave palestino de Gaza, controlado por Hamás, dirigidos a lo que el ejército describe como emplazamientos militares palestinos.
Además del creciente número de muertos, más de 320 palestinos resultaron heridos, y muchos fueron rescatados de las ruinas de los edificios. Del lado israelí, más de 100 personas resultaron heridas.
Hamás lanzó el lunes por la noche una salva de cohetes como gesto de “solidaridad” con los más de 900 palestinos heridos en los enfrentamientos con la policía israelí en Jerusalén Este.
En el norte de Gaza, cinco miembros de una misma familia murieron el martes por un ataque israelí, entre ellos dos hermanos, Ibrahim y Marwan, que estaban llenando sacos de paja.
“Estábamos riendo y divirtiéndonos cuando de repente empezaron a bombardearnos. Todo lo que nos rodeaba se incendió”, dijo a la AFP su primo, también llamado Ibrahim.
El martes por la noche la aviación israelí voló un edificio de 12 plantas en el que tenían sus oficinas altos cargos de Hamás y luego otro edificio de nueve plantas, en el que había un canal de televisión local, viviendas y tiendas.
El ejército dijo que el objetivo era el “jefe de inteligencia militar” de Hamás, Hasan Kaogi, y al “director de contrainteligencia” del movimiento islamista armado, Wael Isa.
El movimiento palestino anunció el miércoles la muerte de varios de sus comandantes, entre ellos Bassem Issa, jefe de su rama militar en la ciudad de Gaza.
Tras los ataques nocturnos, Hamás lanzó una nueva andanada de cohetes, de nuevo contra la ciudad Tel Aviv.
“Si [Israel] quiere una escalada, estamos preparados”, dijo el líder de Hamás, Ismail Haniyeh, y pidió a las fuerzas de seguridad que se retiren de la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén Este, escenario en los últimos días de enfrentamientos entre la policía y manifestantes.
Fuentes diplomáticas afirmaron a la AFP que la ONU, con la ayuda de Catar y Egipto, inició una mediación con las partes “afectadas” para lograr una distensión.