La realidad del fisco en Venezuela sigue igual de deficitaria y crónica que en años anteriores, salpicada por el valor real de los ingresos y gastos fiscales, endeudamiento interno, escaso financiamiento interno, bonos del Sistema Patria y remunenaciones de la administración pública, aseguró María Antonia Moreno, economista especializada en macroeconomía, finanzas públicas y economía del sector público.
En declaraciones recopildas por el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), Moreno explicó que es necesario detectar el origen de los déficits con relación a años anteriores al colapso de la renta petrolera, cuando “se explicaba no solo por el aumento del gasto público, sino por la distracción de recursos ordinarios en fondos fiscales extrapresupuestarios y cuyo monto no era posible consolidar con los reportados para el sector público por parte del Ministerio de Finanzas”.
Recordó Moreno quen en Venezuela después del 2014, el déficit fiscal se explicaba por el desplomoe de la contribución fiscal petrolera a niveles mínimos, “al punto de que en la actualidad solo los ingresos tributarios recaudados por el Seniat (Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria) constituyen la principal fuente de los ingresos ordinarios fiscales”.
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Caótica situación para Venezuela
El régimen de Nicolás Maduro, ante la complejidad de obtener financiamiento internacionales, acude a la emisión monetaria, provocando una inflación sin precedente.
Al respecto, Moreno dijo que “el uso sistemático del financiamiento monetario en Venezuela por parte del actual gobierno comenzó antes del colapso de la renta petrolera en 2014, a pesar de que un mejor manejo de las finanzas públicas. Su práctica, después de 2014, fomentó una hiperinflación que obligó al gobierno a contener el nivel del gasto público desde mediados de 2018. No obstante, la brecha fiscal deficitaria sigue siendo importante, y su financiamiento por el BCV (Banco Central de venezuela) sigue alimentando la inflación que todavía se mantiene en altos niveles”.
