Caracas.- A comienzos de septiembre, el presidente de la república, Nicolás Maduro, anunció la implementación del sistema Biopago en los estados fronterizos para el cobro de la gasolina con el carnet de la patria. Pese a las fallas que se presentaron durante el plan piloto, principalmente por la conexión a internet, en los días consiguientes se extendió el mecanismo a todo el país.
Este sistema se implementó luego de que el Gobierno anunciara que la gasolina será subsidiada, únicamente, para quienes estén registrados en el Censo Nacional de Transporte y tengan el carnet de la patria. Según el primer mandatario nacional, el plan piloto arrancó con al menos un dispositivo Biopago en cada gasolinera del territorio nacional: “¡Un éxito total!”.
Amazonas, Apure, Bolívar, Delta Amacuro, Falcón, Sucre, Táchira y Zulia, fueron las entidades incluidas en la primera etapa de prueba del método de pago, bajo el alegato de que en estas se registra el mayor porcentaje de contrabando de combustible hacia otros países, principalmente Colombia. Más tarde, con la meta de implantar el cobro a través del sistema Biopago como único mecanismo de subsidio, se extendió al resto de los estados.
El presupuesto
Pero para la puesta en marcha del plan, el Ejecutivo tuvo que invertir un millonario presupuesto. De acuerdo con el periodista Melanio Escobar, los dispositivos KS8223 de la compañía SZZT Electronics, fueron los adquiridos por el Gobierno venezolano a China a precios exorbitantes.
Según Escobar, hasta 2015 había 1691 gasolineras activas en el país que, en promedio, tenían, cada una, cinco surtidores, es decir, que para implementar el sistema Biopago se necesitan cinco puntos de venta por cada estación de servicio, un estimado de 8500 dispositivos en total.
El conglomerado asiático vendió a Venezuela cada POS (siglas de Punto de Venta en inglés) en USD 400, lo que se traduce en USD 3,382,000 dólares. Sumado a esto, el Ejecutivo debió cancelar, aparte, la instalación del captahuella, indispensable para el cobro de gasolina en las gasolineras; el desarrollo del sistema operativo; las capacitaciones de uso al personal; el traslado, entre otros servicios que agregan más ceros a la cuenta.
“Aprobamos recursos para la compra de nuevos equipos tecnológicos para el nuevo sistema de venta en las estaciones de servicio. Los dispositivos proceden de la República Popular China”.
Nicolás Maduro.
Pero eso no es todo, los dispositivos requieren wifi o señal 3G/4G para conectarse a los sistemas de banca en línea de los que se debitará el monto por el servicio de combustible, lo que supone un enorme desafío para el país que tiene la velocidad de conexión a internet, móvil e inalámbrico, más lenta del mundo, esto de acuerdo con el más reciente informe de la compañía estadounidense de telecomunicaciones Ooma.
Biopago
Este mecanismo de pago, asomado en el mercado nacional por el Banco de Venezuela en diciembre pasado, es importado desde China, país pionero en el cobro de servicios mediante el código QR, tecnología bandera del carnet de la patria.
De acuerdo con Xacata, en el gigante asiático, 77,5% de los usuarios que poseen teléfonos inteligentes, utilizan la modalidad de pago con el código QR, un salto abrupto en comparación con los que optaban por este método en 2015, apenas un 35% la clientela. Este mecanismo comenzó a introducirse al mercado venezolano en diciembre, cuando el Banco de Venezuela lo incluyó entre sus nuevos métodos de pago.
Con 250 locales de prueba, la entidad pública introdujo el sistema Biopago con el fin de reducir el uso del efectivo, escaso para entonces, y de “minimizar las operaciones fraudulentas”, debido a que, para procesar cualquier transacción, el titular de la cuenta debe colocar su huella dactilar en el biométrico.
En China, en vez de utilizar un carnet, los usuarios deben estar registrados en la aplicación Alipayo WeChat Pay, esta última, una extensión de la única herramienta digital por la que los ciudadanos tienen permitido comunicarse a través de mensajería online, similar a Whatsapp. A través de estas apps, a cada usuario se le asigna un código QR único , tal como con el carnet de la patria, y también se asignan códigos QR únicos para los comercios, equivalentes a los RIF en Venezuela.
Las transacciones se realizan directamente entre comprador y vendedor, lo que elimina la tasa de impuesto por la comisión bancaria de cada transacción, dejando por fuer del intercambio comercial a los bancos y compañías de tarjetas de crédito.
Pero para implementar este método y lograr que cada vez más personas lo utilicen, el Gobierno chino ha tenido que invertir en la modernización del país, especialmente de los dispositivos móviles y las telecomunicaciones, que son las principales herramientas de los usuarios para transar. En China, los celulares cumplen un rol más complejo, puesto que no solo son utilizados para comunicarse, sino que también son tarjetas de pago para todos los servicios.
Control social disfrazado de tecnología
Un modelo que el Ejecutivo madurista pretende igualar en Venezuela, pero con el carnet de la patria. El gigante asiático ha logrado, con la implementación de este sistema de pago, específicamente a través de la aplicación WeChat, recaudar información personal (conversaciones privadas, publicaciones, entre otras) de sus usuarios.
De acuerdo con Amnistía Internacional, en 2017 la aplicación compartió la información privada de sus más de 900 millones de usuarios con el Gobierno chino, luego de que este cuestionara que, a través de su plataforma, usuarios “difundían información que ponía en peligro la seguridad nacional, la seguridad pública y el orden social, como violencia y terror, información falsa, rumores y pornografía”.
El Ejecutivo chino espía a su ciudadanos a través de la súper app, y la utiliza como un sistema de control social. WeChat actualizó sus condiciones de uso tras las acusaciones del oficialismo socialista, y exigió a sus usuarios aportar información personal para poder utilizar el servicio, una realidad no muy distante con la del carnet de la patria.
No obstante, el Gobierno venezolano ha ido un paso más allá, al exigir a los usuarios del sistema Biopago, en este caso particular para el pago de gasolina, identificarse con la huella digital. Actualmente, el Banco de Venezuela es la única entidad bancaria que posee esta modalidad de pago para otros servicios y transacciones comerciales, la cual, espera extenderse en diciembre de este año con 20,000 dispositivos.
“Estamos en proceso de expansión y comenzamos a trabajar para que esta iniciativa se convierta en un proyecto nacional, no solamente del Banco de Venezuela”, dijo el presidente del mencionado banco, José Morales, en entrevista ofrecida a VTV, por lo que en 2019 este método podría arreciar, obligando a más venezolanos a suscribirse en el sistema carnetizado.
En resumidas cuentas, Maduro no pretende modernizar el sistema comercial del país, como ha asegurado en diversas ocasiones, sino implantar un sistema de control masivo que, al igual que en China, permita vigilar y controlar de primera mano las actividades diarias de cada uno de sus ciudadanos, así como conocer sus necesidades, para crear, a su vez, más controles sociales que generen mayor dependencia en el pueblo.