Cuando nos enfrentamos a nuevos objetivos como los que demanda la agenda que tienen las empresas, gobiernos y las personas de cara a la recuperación económica del mercado, es muy probable que, debido al entusiasmo que nos genera, los afrontemos con muchísima energía en un primer momento. Sin embargo, mantener este impulso inicial es difícil.
Muchos de nosotros, eventualmente, podemos desconectarnos de nuestros objetivos originarios, mientras que otros se esfuerzan tanto, que se terminan agotando considerablemente, incluso algunos pueden oscilar entre ambas.
La clave del éxito no es comenzar con fuerza, sino mantenerse fuerte.
La carrera es de largo aliento y en ese sentido se plantea una ecuación de desigualdad entre el tiempo disponible y el requerido para hacer las cosas que hay que hacer. Lograr mantener el enfoque, amerita saber autorregularse lo cual implica manejar muy bien un recurso clave: el tiempo.
El tiempo es insustituible, no se puede comprar o adquirir, no se puede ahorrar para usarlo después, tampoco se puede recuperar el tiempo perdido que perdido se quedó. Sin embargo, es interesante que todos tenemos la misma cantidad de tiempo, todos disponemos de 24 horas al día, el detalle fundamental está en el valor que le demos y de acuerdo a esta valoración tengamos plena conciencia de qué uso puede convertirse en el recurso mas valioso.
El trabajador promedio invierte el 40% de sus horas más productivas en hacer varias cosas a la vez, mientras que el correo electrónico absorbe una parte importante del tiempo, aproximadamente el 28% del que pasamos en la oficina según un estudio de la consultora McKinsey.
Gestionar la rapidez en las respuestas que requiere el entorno y la demanda de multitareas es medular para el logro de los objetivos y evitar que la atención divague entre varias actividades. La consecuencia que genera el esquema de trabajo multitarea es que cada distracción se traduce en pérdida del sentido, cansancio y el abandono de los objetivos, lo cual nos hace desaprovechar e ir perdiendo la fuerza inicial.
Para optimizar el tiempo y no desfallecer en el logro de lo que nos hemos planteado, el profesor Marcos Marín Marcano en su libro Administración Serena del Tiempo para la alta gerencia, detalla algunos elementos a tomar en cuenta para su gestión eficaz:
1. Establecer límites superiores e inferiores de lo que se debe hacer para avanzar en una meta en un período de tiempo específico. La forma de mejorar nuestro uso del tiempo no radica, como muchos suponen, en dedicar menos tiempo a cada actividad, sino en invertir en cada una lo necesario.
2. Comprender la forma en la que trabajamos, (arduamente y rápido hasta el punto del agotamiento o lentamente y corriendo hacia la línea de meta) y hacer los ajustes necesarios. Por lo tanto, no se trata de conseguir hacer más cosas en el mismo lapso de tiempo, sino de hacer las que son más importantes
3. Dejar tiempo para el descanso y la recuperación en función de los hábitos laborales. El tiempo no se puede transferir, nuestro tiempo es propio, personal e irrepetible.
4. Fijar un espacio dentro del horario que esté destinado netamente al trabajo dedicado.
El impacto económico del coronavirus llama a los líderes a dar un paso adelante en múltiples frentes: atender las necesidades inmediatas de las personas, garantizar la salud de la empresa, analizar el panorama empresarial y social en constante cambio y posicionar la empresa para prosperar en una nueva normalidad.
El uso del tiempo es determinante y se convierte en una prioridad para la nueva agenda de negocios.
Tulia Monsalve, Directora Grupo Plus Comunicación Estratégica y profesora Universidad Monteavila @tuliamonsalve @grupoplusve