Los ministros de Finanzas del G7, que se reúnen viernes y sábado en Londres, deben respaldar el principio de un impuesto de sociedades mínimo internacional para llenar unas arcas públicas drenadas por la pandemia y combatir la competencia fiscal entre países.
Sin embargo, se prevé que los ministros de los siete países más industrializados, que se encuentran en persona junto con los banqueros centrales y representantes de la Unión Europea y el FMI, pospongan el anuncio formal de un acuerdo al G20 de julio.
Según una declaración que está siendo debatida por los países miembros, de la que la AFP obtuvo una copia, el G7 “respalda firmemente los esfuerzos en curso en el seno del G20 y de la OCDE” para hacer frente a los “desafíos fiscales derivados de la globalización y de la digitalización de la economía”.
Y apoya “un alto nivel de ambición en el establecimiento de un impuesto mínimo global” a las empresas, agrega.
Según una fuente cercana a las negociaciones, el Reino Unido, que este año preside el G7 y recibirá a sus jefes de Estado y de gobierno en una cumbre del 11 al 13 de junio, querría poder reivindicar la paternidad de un acuerdo fiscal mundial de importantes implicaciones.
“Pero varios países, entre ellos Estados Unidos e Italia”, que acogerá al G20 en Venecia, “no quieren que el G7 se adelante al G20”, según la misma fuente. “Así que la cuestión no es si vamos a tener un acuerdo, sino cuándo”, subraya.
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Desacuerdo sobre el nivel impositivo
Las negociaciones previas a la reunión -que también debe abordar la recuperación mundial tras la pandemia, el cambio climático, la regulación de las criptomonedas o la ayuda a los países pobres- siguen no obstante sin alcanzar un acuerdo sobre los tipos impositivos a adoptar.
La semana pasada, la secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, señaló el 15% como “un umbral”, pero anteriormente se había aludido a mínimos de hasta el 21%.
El Reino Unido, que tiene previsto subir su propio impuesto de sociedades al 25% desde el 19% actual, quiere que el acuerdo subraye también la necesidad de gravar a las empresas donde realicen su volumen de negocio, y no solo donde estén registradas.
Se trata de evitar que las multinacionales, y especialmente las empresas digitales como Amazon, que se han beneficiado enormemente de la pandemia y los confinamientos, paguen impuestos ridículos en comparación con sus ingresos.
Sin embargo, Irlanda, que tiene uno de los impuestos de sociedades más bajos del mundo, gracias al cual ha atraído muchas sedes europeas de grandes multinacionales, se opone a la medida.
Según un estudio publicado el martes por el Observatorio Fiscal Europeo, si la UE aplicara un tipo del 25% recaudaría 170.000 millones de euros (207.000 millones de dólares) de ingresos fiscales adicionales en 2021, un 50% más que en la actualidad.
Si el tipo fuera solo del 15%, la ganancia sería solo de 50.000 millones de euros.
Aunque es difícil predecir si habrá un consenso en el G20, “será difícil detener el impulso puesto en marcha por el G7”, considera Jonathan Portes, profesor de economía del King’s College de Londres.
Fuente: AFP