A diferencia de muchos países de la región y el mundo, Venezuela sí cuenta con una historia del cine que la respalde, una de 124 años con éxitos de taquilla, el desarrollo de una industria con altibajos, la victoria y participación en todos los Festivales internacionales del globo.
Puede que la última frontera sea el Oscar, que todavía se nos resiste.
Pero ahí está “Érase una vez en Venezuela”, con la esperanza puesta en ser la primera nominada del país.
De cualquier modo, hoy visualizamos una jornada para sentir orgullo, a pesar de todo, recordando que hemos tenido a cineastas grandes de la modernidad como Margot Benacerraf, Román Chalbaud, Clemente de la Cerda, Mauricio Wallerstein, Diego Rísquez, Fina Torres, Alfredo Lugo, César Bolívar y Solveig Hoogesteijn, así como generaciones de relevo que conquistan Cannes, Venecia, Berlín y San Sebastián.
En años recientes afirmamos que no había nada que celebrar el 28 enero, a modo de protesta, porque el CNAC se mostraba hundido y vacío, la cartelera amanecía sin películas criollas aunque había una fila de ellas en el stock, y simplemente los números no daban para andar en plan de festejo demagógico.
La situación, por supuesto, no ha cambiado de una hora para otra. Menos en pandemia.
Ahí continúan los factores, las causas y las consecuencias de la peor crisis política de la nación, que pretende normalizarse en los tiempos de dictadura, lo cual tiene una incidencia sobre la creación y la generación de contenidos propios.
No olvidemos el expediente abierto de la censura roja contra El Inca, La Peste del Siglo XXI, Infección y pare usted de contar prohibiciones, omisiones, ocultamientos mezquinos.
Sin ir tan lejos, la traición del cine venezolano, radicada en el CNAC, despierta con su política de propaganda chavista, de fortalecer su macartismo inútil, de condenar y perseguir al enemigo interno, de solo dar trabajo a un grupito de colaboradores mediocres y piratas, a cual más oportunista y amordazado.
Tampoco debemos incluir en la lista a los invitados perennes de la rosca dulce de la Villa, que preparan series y derroches para conmemorar la batalla de la independencia, a costa de los dineros públicos que faltan en medicina, alimentación y educación.
Usted verá que los coleados y enchufados, que los doble espías y agentes del mal, instrumentarán la fecha en su carrusel de fotos indulgentes y victoriosas, atribuyéndose 124 años que no le pertenecen.
En mi caso personal, el día me agarra con sentimientos encontrados, por el Covid, la cuarentena, el año sin salas, las cifras de espanto en recaudación, los colegas que perdieron el trabajo y se vieron obligados a cambiar de oficio, cuando no fallecieron en la absoluta indigencia.
Debemos honrar la memoria de los caídos y desaparecidos en acción, de los enfermos y las víctimas, como nuestro querido Toti Casanova, incansable crítico y animador de la plataforma audiovisual.
Aun así, hay motivo para proyectar orgullo, pasión, emoción, esperanza y futuro.
La diáspora nos deja en alto, las familias del gremio resisten y sobreviven con trabajo digno, las jevas se reorganizan por su cuenta dando luchas necesarias, los veteranos serán reconocidos en actos públicos de oposición, y las salas exhiben una obra maestra de una colega insigne, Anabel Rodríguez, en su carrera por la estatuilla dorada.
Si quieres un poquito a tu tierra, dedícale unos minutos al cine venezolano, no por condescendencia, sino por elevar tu cultura y autoestima.
Si vas al cine, apoya con tu gesto y boleto a una propuesta como “Érase una vez en Venezuela”.
Escribe algo del tema, discútelo con tus amigos, comparte tus cintas preferidas.
Hoy, el día del cine nacional me agarrara como a muchos, en pleno rodaje de un largometraje.
Es el nuevo docu que hago con Malena Ferrer para, precisamente, analizar qué destino le depara al séptimo arte que estimamos.
Soñar no cuesta nada.
La ilusión persiste, como diría Ambretta Marrosu.
Los dejo con mi top del cine venezolano de todos los tiempos:
- Araya.
- Macu, la mujer del policía.
- Oriana.
- El Pez que fuma.
- País Portátil.
- Jericó.
- Érase una vez en Venezuela.
- Soy un delincuente.
- Los Tracaleros.
- Reverón.
- 100 años de Perdón.
- Aventurera.
- Pequeña Revancha.
- Secuestro Express.
- Hermano.
- Pelo Malo.
- Desde allá.
- El Silencio de las Moscas.
- La Familia.
- El Amparo.
Por Sergio Monsalve, Director Editorial de Globomiami.