La energía solar juega un papel crucial en la resiliencia energética de Puerto Rico después de la devastación provocada por huracanes. La isla ha sido azotada repetidamente por fenómenos naturales como el huracán María en 2017, que dejó a gran parte de la población sin acceso a energía eléctrica durante meses. Ante esta situación, la energía solar se ha convertido en una herramienta fundamental para garantizar la seguridad y la autonomía energética de la isla.

La energía solar es una fuente de energía limpia y renovable que puede generar electricidad de manera sostenible y autónoma. En Puerto Rico, la instalación de paneles solares se ha vuelto cada vez más popular en hogares, negocios e instalaciones públicas como hospitales y escuelas. Esta tecnología permite a los usuarios generar su propia electricidad y reducir su dependencia de la red eléctrica convencional, que suele ser vulnerable a cortes de energía causados por huracanes y otros desastres naturales.

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Tras el paso de un huracán, la infraestructura eléctrica de Puerto Rico suele quedar gravemente dañada, lo que puede dejar a miles de personas sin acceso a energía durante semanas o incluso meses. En estas situaciones de emergencia, la energía solar puede ser una solución inmediata para restablecer el suministro eléctrico en zonas afectadas. Los paneles solares funcionan de forma independiente a la red eléctrica y pueden seguir generando electricidad incluso cuando el sistema convencional está fuera de servicio.

Además de ser una fuente de energía confiable en situaciones de emergencia, la energía solar también contribuye a la resiliencia energética a largo plazo en Puerto Rico. Al aumentar la capacidad de generación de electricidad a partir de fuentes renovables, la isla puede reducir su dependencia de combustibles fósiles importados y disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que a su vez contribuye a la mitigación del cambio climático.