Viendo el programa teórico e ideológico, por llamarlo de alguna manera, de un congreso sobre brujería publicado y publicitado por el régimen con motivo de los Doscientos Años de Carabobo, puedo comentar que la vaina siendo risible y digna de sarcasmos y burlas, pero al hacerlo en el marco del Día de la Independencia revelan un motivo real y preciso para discutir un supuesto modelo de gobierno y de sociedad como inspiración del chavismo.
Eso no es nuevo, pues más allá de la echadera de vaina y el vacilón, no es mentira todo ese patuque mental que pretende ser ideológico, pese a que no pase de ser otro ridículo más. Antes habían sido bolserías aisladas de exaltación de José Leonardo Chirinos, o del Negro Miguel como padres de la Patria y la exaltación de Giomar como la nueva Blanca Ibánez de la república, igual que la exaltación de María Lionza, que ya una vez trataron de colocarla en la plaza de los museos y hacerla una encarnación de los quilombos y las cimarroneras, pero los personeros del chavismo temían aparecer para sus invocaciones satánicas y no se querían rayar.
Ahora se trata de repetir la estrategia de la bovera de josé tomás boves, el cruel asturiano que fue un caudillo popular realista, y que mis antepasados afortunadamente se lo tiraron en caldo de ñame allá en Urica.
Ese fue el modelo con el difunto vivo, pero ahora con maduro lo van a tratar de implementar de nuevo, y maduro no es el difunto y esa hipótesis da para, así suene tan disparatado como un perro verde, sea un proyecto de hegemonía caribeña de Cuba financiada por Venezuela o una nueva república caribeña con La Habana de capital. O sea, Cubazuela.
Como maduro es complaciente en todo con ellos, todo es posible. No es la primera vez que esa loquera se ha dado en el Mar Caribe y me voy de cuento. Antes de nuestra Independencia, ya en Haití había sucedido una revolución donde los blancos y dueños de los cañaverales fueron exterminados por los peones por razones raciales y en nombre de los esclavos se tomó el poder.
Antes de ese proceso, Haití era la nación más próspera de América y producía caña que valía su peso en oro y que se vendía en París, tan buena era la situación allí que Josefina, la hermana de Napoleón, que era floja de gurupera, decidió irse a vivir a Haití para soltarse el moño sin pararle al qué dirán.
Mientras en Caracas a duras penas Andrés Bello trataba de sacar nuestro primer periódico, en Puerto Príncipe funcionaban con regularidad siete periódicos. Así era la cosa entonces y luego de la sublevación de los esclavos Haití comenzó su proceso de deterioro para ser lo que es hoy, junto a Cuba y Venezuela los países más pobres del continente.
De modo que creo que es Haití el verdadero modelo de revolución que quiere el chavismo por lo menos en el Caribe. Y este show de brujería viene a producir el marco teórico e intelectual del proyecto final del régimen que se rige por el vudú, la magia negra y algún otro rito extraño.
En Haití el vudú fue la estructura ideológica del poder y llego a tener mucho más poder que la iglesia, incluso Duvalier padre, que fue en los años 50 un gran ministro de sanidad, pero luego al ser presidente y para mantenerse por décadas en el poder paso a ser la cabeza visible de la macumba y del vudú.
Menos mal que ahora están dejando quieto a José Gregorio que lo querían involucrar en ese despropósito.