Dentro de Latinoamérica, la crisis venezolana es muy similar a la de Nicaragua; y en el ámbito internacional, a la de Zimbabwe por la hiperinflación y la caída de la producción, concluyó José Pineda, economista de la Universidad Central de Venezuela (UCV) y doctor en Economía de la Universidad de Maryland.
Dijo al Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF) que “muchos países con colapso similar estuvieron en situación de guerra, pero no hemos vivido ese fenómeno en esa magnitud. La hiperinflación es consecuencia del mal manejo de la política económica y un populismo exacerbado”.
En su criterio, la realidad sobre la crisis económica en el país es la cuarta parte de lo ocurrido en 2013. De allí, que es necesario, “hablar de las condiciones iniciales porque no es la primera vez que buscamos una estabilización”.
Enumeró Pineda qué llevó a Venezuela al colapso:
- El colapso de la producción petrolera, la cual antecede a la hiperinflación y se agrava con ella.
- Alta deuda externa.
- Financiamiento del Banco Central de Venezuela (BCV) al fisco.
- El Producto Interno Bruto (PIB) colapsado.
- Malnutrición en los niños, 96% de los hogares en pobreza.
- Pandemia sin control.
- Extrema polarización política.
- Destrucción institucional.
- Crisis humanitaria y migratoria con 5.4 millones de venezolanos por el mundo.
LEA TAMBIÉN Fundador de Ecoanalítica: “Maduro está quitando el presente y viene destruyendo el futuro”
Destrucción de los sectores según Pineda
El economista dijo que los motores y las fuentes que podrían promover el crecimiento en Venezuela están colapsados.
“Es fundamental la credibilidad en el plan y la ejecución, esperando un proceso de bajo costo en términos recesivos. Si hay baja credibilidad hay dinámicas no deseadas, por esto se necesita ser realistas con el financiamiento que se puede conseguir con organismos multilaterales”, aclaró Pineda al OVF.
Mencionó el caso de Argentina, que carecía de credibilidad a pesar de contar con profesionales capacitados en el área económica. “No pudieron resolver el tema fiscal, la inconsistencia en el tema de inflación y la política fiscal gradual le quitó credibilidad”.
El BCV es que el único ente que le da préstamos al Estado, “por voluntad propia o forzada”. Eso significado que “abatir la hiperinflación es hacer reformas creíbles para ajustar las cuentas fiscales, eliminar la idea de que el fisco con una demanda de financiamiento, solo pueda ser cubierta con monetización. Una política fiscal apropiada, resuelve el déficit fiscal crónico. Hay que insertar a Venezuela en un proceso de sostenibilidad fiscal en el mediano plazo”.
Dejó claro Pineda que “la inflación fue alimentada también por la carencia de información pública. Es un reto diseñar un plan con flujo de información que refuerce expectativas y un programa que gane credibilidad. Ahora, la dolarización es una decisión importante, quita grados de libertad. Nunca va a sustituir una senda de sostenibilidad fiscal porque incluso experimentamos inflación en dólares”.