El Departamento de Trabajo de Estados Unidos informó que las solicitudes de beneficios por desempleo han alcanzado su nivel más alto en 11 semanas, con un aumento de 9,000 solicitudes respecto a la semana anterior. Este incremento refleja la nueva ola de despidos que ha caracterizado los primeros días de 2024.
Durante la semana que finalizó el 27 de enero, las solicitudes de prestaciones aumentaron a 224,000, un indicador preocupante que destaca los desafíos económicos que persisten a pesar de los esfuerzos de la Reserva Federal por estabilizar la situación. El promedio de cuatro semanas, una medida menos volátil, también registró un aumento de 5,250, situándose en 207,750.
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La cifra total de estadounidenses que recibieron prestaciones por desempleo durante la semana que terminó el 20 de enero fue de 1.9 millones, representando un aumento de 70,000 en comparación con la semana anterior, marcando la cifra más alta desde mediados de noviembre.
Aunque las solicitudes semanales de prestaciones no reflejan únicamente despidos, son consideradas representativas del panorama laboral y económico en un período específico. Hasta el momento, las cifras se habían mantenido relativamente bajas después de la ola de despidos a principios de 2023 y las medidas implementadas por la Reserva Federal para mitigar el impacto en la economía.
Si bien los despidos se han mantenido en niveles bajos en general, se ha observado un aumento en la eliminación de empleos en sectores clave como tecnología, servicios y medios. Empresas prominentes como Google (Alphabet), eBay, TikTok, y Los Angeles Times han anunciado recientemente recortes de personal.
Esta tendencia de despidos también ha afectado a empresas fuera del sector tecnológico y de medios, como UPS, Macy’s y Levi’s, que han tomado la decisión de reducir empleos en respuesta a los desafíos económicos actuales.
Este panorama económico plantea desafíos significativos para la administración de Joe Biden, ya que se esfuerza por abordar la situación laboral y económica del país. La inflación y la incertidumbre persisten, y la Reserva Federal enfrenta el desafío de equilibrar las tasas de interés para estimular el crecimiento sin exacerbar la inflación.
