🚨EL ESTADO MUNDIAL ES CAOTICO🚨 (PARTE 1)
— Tech Con Catalina (@Techconcatalina) February 5, 2024
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Estados Unidos se enfrenta a desafíos económicos significativos, con decenas de millones de ciudadanos agotando sus ahorros y acumulando deudas en tarjetas de crédito tras lidiar con la inflación durante los últimos tres años del gobierno de Joe Biden. A pesar de las afirmaciones de la administración sobre el buen estado de la economía, la realidad de los estadounidenses cuenta una historia diferente, marcada por la creciente preocupación por la estabilidad financiera.
El país se encuentra en un año electoral, y la administración parece obviar las señales de alerta provenientes de expertos, bancos y empresas prestamistas desde mediados de 2023. Los atrasos en pagos de inquilinos, hipotecas impagas y una mayoría que lucha para llegar a fin de mes son preocupaciones que crecen a medida que avanza el año.
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La deuda pública ya asciende a un asombroso 34 billones de dólares, mientras que indicadores como la contracción de la actividad industrial, la crisis inmobiliaria y las tasas de interés en el rango del 5,25% al 5,50% pintan un panorama económico desafiante.
La morosidad se ha convertido en una alarma constante. Expertos y analistas observan con inquietud los atrasos en pagos de inquilinos de bajos ingresos, hipotecas impagas y una mayoría de estadounidenses que enfrenta dificultades para llegar a fin de mes con sus ingresos per cápita.
La deuda acumulada en tarjetas de crédito ha alcanzado un récord, superando los 1,05 billones de dólares en el tercer trimestre de 2023. Se espera que esta cifra continúe creciendo, lo que plantea preocupaciones sobre la estabilidad financiera de los hogares estadounidenses.
Un informe reciente de Moody’s revela tasas de préstamos morosos y tasas de cancelación de tarjetas de crédito que están muy por encima de los niveles de 2019, con perspectivas de seguir aumentando. La Reserva Federal informa que la tasa de morosidad, definida como préstamos con más de 30 días de retraso, ha aumentado, coincidiendo con tasas de interés promedio en tarjetas de crédito entre el 21,5% y el 29%, las más altas registradas desde 1994.
El presidente de VantageScore, Silvio Tavares, advierte sobre el estrés financiero que experimentan los consumidores, especialmente aquellos que no se han beneficiado del efecto riqueza generado por los precios más altos de la vivienda y las acciones. “Existen millones de consumidores, en su mayoría inquilinos de ingresos medios y bajos, que sienten un estrés financiero que ha elevado los niveles de morosidad desde 2023. A ellos, la inflación les ha golpeado muy fuerte”, señala Warren Kornfeld, vicepresidente sénior de Moody’s.
Este escenario económico polarizado se refleja en las métricas de las principales compañías de tarjetas de crédito. Mientras que clientes de Capital One, Discover Financial y Synchrony, históricamente con puntajes crediticios más bajos, muestran tasas de cancelación y morosidad significativamente más altas, American Express, que atiende a un segmento más adinerado, también experimenta un aumento en la tasa de cancelación.
La situación de los inquilinos es particularmente preocupante, ya que el alquiler medio de propiedades de hasta dos dormitorios ha aumentado significativamente. La inflación, que el gobierno afirma haber controlado, ha tenido un impacto real en la vida cotidiana de los ciudadanos, desde el costo del pan hasta el precio de la gasolina, que ha superado los 5 dólares por galón en algunas regiones.
El riesgo de que esta presión financiera se traduzca en tensiones más amplias en la economía es cada vez más evidente. Los economistas independientes y otros expertos señalan este aumento en la morosidad como uno de los riesgos crecientes para la economía en 2024, especialmente si los préstamos estudiantiles y los costos de vida continúan en aumento.
Este escenario económico tiene el potencial de convertirse en un tema crucial en las elecciones de 2024, con los republicanos y economistas no alineados a la Casa Blanca señalando a Biden y sus políticas económicas como causantes de los elevados costos de vida para la mayoría de los estadounidenses.