Los Mellizos de Minnesota recientemente le dieron al puertorriqueño Carlos Correa dos días de descanso para ayudarlo a controlar el dolor de fascitis plantar en el talón izquierdo que lo ha afectado desde mayo.

Pero pese al descanso, tuvo que salir de la derrota del lunes por 7-3 ante los Rojos de Cincinnati con un agravamiento de la fascitis plantar debido a un elevado que persiguió hasta el jardín izquierdo poco profundo en la primera entrada.

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Dado que el número mágico de los Mellizos sigue cayendo, su evolución tendrá que ser una de las principales prioridades del club antes de la postemporada.

“Sentí un pequeño pellizco en el talón”, dijo Correa. “Se volvió doloroso, muy doloroso después de eso. Obviamente, he estado tratando de manejar esto desde hace un tiempo. Algunos días son mejores que otros. Hoy realmente sentí como un buen día hasta ese momento. Ya veremos. Normalmente respondo bien un par de días después”.

Correa lo ha “intentado todo”

Correa dijo el viernes pasado en Chicago que él y los Mellizos han “intentado todo” para resolver el problema desde que empezó a molestarlo a fines de mayo. Ha jugado en 90 de los 102 partidos del equipo desde entonces, siendo titular en 89 de ellos, a pesar de seguir sintiendo el dolor y de que éste obstaculice tanto su bateo como su defensa, habiendo sentido que es su trabajo estar ahí para su equipo.

Pero incluso después de perderse el último partido de la serie del martes pasado contra Tampa Bay y el primer partido de la serie del miércoles contra los Medias Blancas, el estrés causado por detenerse en un elevado de TJ Friedl detrás de él resultó demasiado para el pie. El dolor persistente ha hecho que todo sea más difícil esta temporada para Correa, desde moverse en defensa hasta simplemente caminar en casa por las mañanas.