China lanzó oficialmente un pasaporte digital que permite verificar la situación sanitaria de los viajeros. Esta es una iniciativa que analizan Estados Unidos y Europa, donde continúa la polémica por la Sputnik-V, que desde de julio será fabricada en Italia.
La pandemia ha dejado a 2,6 millones de fallecidos en 117 millones de contagiados en el mundo, y continúa avanzando en América Latina, que registró más de 700.000 muertes, según un balance de la AFP basado en fuentes oficiales.
El “certificado sanitario para los viajes internacionales” lanzado por Pekín (una aplicación para teléfonos inteligentes muestra y verifica el historial de vacunación y las pruebas de covid-19) podría contribuir para abrir las fronteras nuevamente. Por el momento, no es obligatorio y está reservada a los chinos.
Por su parte, Estados Unidos y el Reino Unido no descartan adoptar sistemas similares. En la Unión Europea (UE), la idea del “pasaporte verde” será presentadas por la Comisión Europea este próximo 17 de marzo.
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Entre tanto, Europa busca acelerar la vacunación. Pero, mientras que la vacuna Sputnik-V empezó a ser examinada la semana pasada por la Agencia Europea del Medicamento (EMA), Rusia rechazó este martes las palabras de una responsable de ese órgano, que “desaconsejó” a los países de la UE autorizarla de emergencia.
“Es un poco como la ruleta rusa”, dijo la presidenta del consejo de dirección de la EMA, Christa Wirthumer-Hoche, al señalar que los datos sobre las personas vacunadas son insuficientes.
“Solicitamos una disculpa pública”, pidieron en Twitter el centro de investigación estatal Gamaleya y el Fondo Soberano Ruso (RDIF).
Impacientes por inmunizar a su población, varios países de la UE ya han recurrido a la Sputnik-V, como Hungría, la República Checa y Eslovaquia.