No sé cómo los yanquis no se dan cuenta de que todo este caos patrocinado por el foro de São Paulo y los intereses que hay por detrás de ellos tienen como objetivo final la destrucción de la Democracia en América, y la destrucción de la nación norteamericana y de su visión capitalista y exitosa de la sociedad posindustrial.
El socialismo es solo la utopía detrás de donde se esconden los que quieren esa destrucción a cuenta de que el capitalismo es duro para los incompetentes y los flojos, que son la mayoría de las personas.
Me pregunto muchas veces por las razones de tal odio, desde la poco creíble intención de competir económicamente a escala global otras naciones con Estados Unidos, hasta alcanzar esa destrucción para que reine la dictadura dirigida por los socialistas, o que el capitalismo sea superado por una economía estatal dirigida por esos enemigos del progreso y regrese otra vez el oscurantismo.
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Acaso sienten que mediante la política pueden destruir la economía y el afán de progreso y riqueza de los seres humanos? O acaso vamos a una sociedad post capitalista? No lo sé.
Por otro lado, la caída de Latinoamérica es solo el primer o segundo paso en esa vía de destrucción de la democracia en América, pues la caída de nuestros países es un duro golpe para la democracia y el capitalismo norteamericano, donde nuestra explosión demográfica es una de las armas más dañinas para el progreso de nuestras sociedades y es el mejor abono para la desigualdad y el rencor social.
Bien visto es así, si vemos la incongruencia entre las estadísticas poblacionales en las sociedades latinoamericanas y en Cuba, donde reina un férreo control de natalidad, pero ellos afuera de sus fronteras tratan de desprestigiar a los métodos anticonceptivos.
Por el camino de la economía y del desarrollo tecnológico es imposible para nadie la destrucción de Norteamérica, entonces buscan el conflicto político para esa destrucción por vía del caos poblacional y político, incluso ya tienen un héroe y mártir en el malandro George Floyd. Sería una suerte de intimidación progresiva a la gran nación del norte.
