China respondió contundentemente a las acusaciones occidentales de “trabajo forzado” en la región de Xinjiang, de mayoría musulmana, y sancionó a personalidades británicas, mientras varias marcas extranjeras son blanco de represalias en el mercado chino.
Xinjiang (noroeste de China) fue durante mucho tiempo escenario de atentados contra civiles atribuidos a separatistas o islamistas uigures. Desde hace algunos años, Pekín impone en la región una drástica vigilancia policial.
Según estudios de institutos de Estados Unidos y Australia, al menos un millón de uigures están en “campos” y algunos de ellos se ven sometidos a “trabajos forzados”, sobre todo en los campos de cultivo de algodón.
China lo desmiente tajantemente, critica unos informes sesgados y “falsas informaciones”, y asegura que los “campos” son en realidad “centros de formación profesional” destinados a dar trabajo a la población para alejarla del extremismo.
El lunes, la Unión Europea (UE), el Reino Unido, Estados Unidos y Canadá impusieron sanciones contra dirigentes pasados o actuales de Xinjiang.
Pekín replicó sancionando a diez personalidades europeas, entre ellas cinco eurodiputados, acusadas de “propagar mentiras” basándose en informes que China considera sesgados
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“Que comprendan y recuerden”
Este viernes, Pekín amplió sus sanciones a nueve británicos, entre ellos parlamentarios de alto rango, así como a cuatro entidades.
Entre los sancionados figuran la comisión de Derechos Humanos del Partido Conservador del primer ministro Boris Johnson, el exlíder de esa formación Iain Duncan Smith y el diputado Tom Tugendhat, presidente de la comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de los Comunes.
“Los diputados y otros ciudadanos británicos sancionados hoy por China están desempeñando un papel fundamental al arrojar luz sobre las graves violaciones de los derechos humanos que se están perpetrando contra los musulmanes uigures”, reaccionó Johnson.
“La libertad de oponerse a los abusos es fundamental y los respaldo firmemente”, agregó.
A raíz de la sanciones de Pekín, el gobierno británico anuncio que convocará al embajador chino, a quien explicarán “en términos muy claros la posición” británica, dijo el canciller Dominic Raab.
Por su parte, una portavoz de la diplomacia china, Hua Chunying, acusó a los occidentales de haber originado esas hostilidades.
China “solo puede tratar con ellos de tal forma que comprendan y recuerden”, asestó.
Nike, en la mira de China
Tras la difusión en el pasado de informaciones sobre el “trabajo forzado”, varias empresas de ropa como la sueca H&M, la norteamericana Nike, la alemana Adidas o la japonesa Uniqlo se comprometieron a no comprar algodón de Xinjiang.
La región genera cerca de una quinta parte de la producción mundial y suministra a numerosos gigantes del sector textil.
Los comunicados de entonces de esas empresas reaparecieron oportunamente esta semana en la red social china Weibo, desencadenando una polémica.
Los productos H&M dejaron de estar disponibles el miércoles en las principales páginas de venta de ropa en China, aunque por ahora sus tiendas están abiertas.
La polémica creció el jueves con el anuncio de varios actores y cantantes chinos que cortaban cualquier vínculo con Nike, Adidas, Uniqlo, Converse o Calvin Klein, de los que eran embajadores de imagen.
Como muestra clara de la intervención de los poderes políticos en estas críticas, la Liga de la Juventud Comunista, afiliada al Partido Comunista, fue la primera organización que lanzó la polémica en Weibo.
Fuente: AFP