España, que se clasificó a los Juegos de Tokio-2020 como campeón del Europeo Sub-21 y llega a tierra japonesa con una plantilla con seis jugadores que disputaron la reciente Eurocopa-2020 y tres refuerzos mayores de lujo, es la principal amenaza del defensor del título Brasil y los siempre candidatos al oro en el fútbol olímpico, Argentina y México.
La Roja de Luis de la Fuente contará nada menos que con Unai Simón (Athletic), Eric García (Barcelona), Pau Torres (Villarreal), Pedri (Barcelona), Dani Olmo (Leipzig) y Mikel Oyarzabal (Real Sociedad), quienes estuvieron hasta hace pocos días a las órdenes de Luis Enrique disputando semifinales de la Eurocopa-2020, en la que cayeron ante Italia en los penales.
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Además, el campeón olímpico en Barcelona-1992 ha sumado refuerzos -jugadores mayores de 24 años– de jerarquía a su lista: el delantero madridista Marco Asensio y el mediocampista Dani Ceballos. En los papeles, una selección que mete miedo.
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Pero España podrá medir sus fuerzas en el grupo C frente a otro de los eternos aspirantes a la corona, Argentina, campeón olímpico en Atenas-2004 y Pekín-2008, en un cruce picante que aguarda toda la afición futbolera. Australia y Egipto, rey africano, completan la llave, señala nota de AFP.
Brasil y Argentina, los grandes de Suramérica contra España
El conjunto de Fernando Batista, hermano de Sergio, campeón mundial en 1986 al lado de Diego Maradona y también oro olímpico como DT en Pekín-2008, llega como campeón del Preolímpico de Colombia, con una plantilla joven muy bien trabajada pero sin grandes refuerzos mayores: apenas el portero del Cádiz Jeremías Ledesma, ya que el punta del Bayer Leverkusen Lucas Alario quedó desafectado por lesión muscular los últimos días.
De la mano de su astro Dani Alves, Brasil, campeón olímpico en sus Juegos de Río con Neymar en cancha, defenderá la medalla de oro en el torneo, que se disputa del 22 de julio al 7 de agosto, después de sacarse en 2016 el gran peso de años de frustración para capturar la medalla dorada olímpica, único título que faltaba en las nutridas vitrinas de la Confederación Brasileña.
El elenco de André Jardine tiene mucho potencial para desarrollar su famoso ‘jogo bonito’, con una plantilla en la que destacan muchos jóvenes que militan en la elite del fútbol europeo, a imagen del atacante del Everton Richarlison, flamante finalista de la Copa América disputada recientemente en tierra brasileña bajo el mando de Tite.
El debut tiene una vara alta: frente a Alemania, precisamente el rival al que venció en la final de Rio, en el marco de un grupo D con poco margen de error, ya que la potente Costa de Marfil, reforzada con tres jugadores de categoría europea, puede poner en jaque a los finalistas de hace cinco años, mientras que Arabia Saudita pareciera tener prometido un papel de ‘Cenicienta’ de llave.
México, ganador de la presea dorada en Londres-2012, arranca el certamen contra la peligrosa Francia. El Tri de Jaime Lozano tendrá bajo los palos al experimentado ‘Memo’ Ochoa, de 35 años, quien protagonizará un duelo de viejos conocidos de la Liga MX ante el delantero galo André Pierre Gignac, también de 35 años, quien milita en los Tigres.
El duelo pinta decisivo desde el vamos, ya que luego ambos deberán verse las caras con el local Japón, liderado por Kubo y Maya Yoshida, y la menos potente Sudáfrica, en el marco del grupo A.
Honduras, cuarto en Rio-2016, se ilusiona con igualar la histórica marca lograda en tierra brasileña, su mejor registro en las cuatro presentaciones previas en Juegos Olímpicos. Ya en Londres-2012 había alcanzado los cuartos de final y ahora quiere seguir su progresión ascendente.
El sorteo le abre esperanzas al once dirigido por el uruguayo Miguel Falero, pues el grupo B pinta parejo, con choques de diferentes estilos y es por ello que la Bicolor se jugará gran parte de sus chances desde el debut frente a Rumania, para luego intentar confirmar su pase a cuartos frente a Nueva Zelanda y Corea del Sur.