Boston conocía la estadística. Ningún equipo que haya perdido los dos primeros juegos en casa en Serie de Campeonato ha visto la luz del Clásico de Octubre. Así que los Medias Rojas hicieron todo lo posible para no convertirse en una víctima más de los números.
Con uñas y dientes pelearon este segundo encuentro los inquilinos del Fenway Park el domingo en la noche para llevarse un triunfo 7-5 que les ofrece algo de calma y perspectiva ahora que el teatro de la guerra se traslada a los confines del Minute Maid Park.
Los Medias Rojas buscan de manera desesperada regresar a la Serie Mundial por primera vez en cinco años, mientras que los campeones esperan repetir la visita a lo profundo de octubre desde aquellos Yankees de 1999-2000. La historia los aguarda a los dos en cualquier esquina.
Boston ganó porque sintió la frialdad de la espalda contra la pared, una noción de urgencia bastante temprana en una serie de siete desafíos, porque dos derrotas ante este magnífico equipo de Houston representa la traducción más cercana a la muerte.
No solo los Astros renacieron de una desventaja de 2-0, sino que luego tomaron ventaja de 4-2 antes de que los Medias Rojas experimentaran una sacudida general con el doble de Jackie Bradley Jr. en la tercera entrada que impulsó tres carreras, a la postre muy importantes.
Bostón ganó, pero queda en el aire la innegable idea de que la tarea en Houston será casi sobrehumana, porque estos campeones defensores cargan demasiada dinamita y recursos como para decir adiós sin vender carísima la derrota. Si es que la venden.
Tampoco ayuda la noticia de la hospitalización del estelar Chris Sale debido a una enfermedad estomacal. Todavía es un misterio el futuro del abridor principal de los patirrojos, que necesitan contar con todas sus fuerzas en los próximos días.
Al menos los de casa disfrutaron de un partido digno de su talento, muy distinto al pedestre y oscuro del inicio de la serie. Después de todo, no es cosa de todos los días hacerle cuatro carreras limpias a Gerrit Cole, quien nunca admitió tantas en un juego durante todo el 2018.
Los Medias Rojas están obligados a batear y mucho. David Price demostró que no anda del todo fino y quién sabe el tiempo que perdería Sale por su dolencia. Nathan Eovaldi pose márgenes de error mínimos en Texas, y Rich Porcello…Bien, este trabajó este domingo, así que será interesante ver cómo lo utiliza el manager Alex Cora en lo adelante.
De modo que Boston rescata parte de su ventaja de casa antes de irse a las arenas movedizas de Houston. Veremos, entonces, de qué está hecho el corazón de estos Medias Rojas cuando los Astros vuelvan a desplegar su ejército en su teatro de operaciones.
