Varios analistas aseguran que el Banco Central de Brasil (BCB) mantendrá su tasa básica en 2 %, acortando un periodo de nueve acciones consecutivas que le permiten analizar el ritmo de la recuperación económica tras el desplome generado por la pandemia de covid-19.
Los operadores consideran que la tasa Selic se mantenga en el mínimo histórico hasta fin de año. En agosto, el Comité de Política Monetaria (Copom) del BCB redujo la Selic en 0,25 puntos porcentuales y dijo en ese momento que era posible otro recorte.
No obstante, esa última propuesta ya no es factible, ante “una recuperación más rápida de la economía e incremento de la inflación”, explica Pedro Silveira, economista jefe de Nova Futura Investimentos.
A primera vista, nada preocupante: los precios subieron 0,7 % de enero a agosto y el mercado prevé una inflación de 1,94 % en 2020, por debajo del centro de la meta de 4 % para 2020, e incluso de su piso, de 2,5 %.
Pero esos promedios esconden diferencias notorias: el precio de los transportes cayó 3,46 % en los primeros ocho meses del año, pero el de la alimentación subió 6,1 %, con disparadas siderales en productos de la dieta básica como el arroz (+19,3 %), los frijoles negros (28,9 %) o la harina de maíz (8,1 %).
¿La causa? Principalmente el boom de la demanda externa gracias a la depreciación del real frente al dólar, de 27 % en un año.
También influyó la demanda interna, alentada por la ayuda mensual de 600 reales (unos 110 dólares) concedida durante cinco meses a más de 60 millones de brasileños para enfrentar el parate de la pandemia.
Con información de AFP