En un giro sorprendente, el alcalde de Nueva York, Eric Adams, ha desafiado abiertamente las políticas de inmigración del gobierno de Joe Biden. En una declaración contundente, Adams llamó a una mayor cooperación entre la policía local y las autoridades federales de inmigración, rompiendo con las políticas santuario que han definido a la ciudad en las últimas décadas.

Adams criticó específicamente las restricciones impuestas a la cooperación entre el Departamento Policial de la ciudad y el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE), argumentando que estas políticas son perjudiciales para la seguridad pública y el bienestar de los neoyorquinos. Su postura marca un cambio radical en la política local y revela serias discrepancias con Washington en un momento en que la ciudad enfrenta un aumento alarmante de la violencia.

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El alcalde destacó la necesidad de permitir que la policía local informe al ICE sobre personas sospechosas de cometer delitos graves, como robos o actividades de pandillas. Esta posición representa un desafío directo a las políticas santuario establecidas en la última década, que buscan proteger a la población migrante limitando la cooperación con las agencias federales de inmigración.

Las críticas de Adams se producen en medio de una creciente preocupación por el aumento de la violencia en la ciudad, atribuido en parte a incidentes protagonizados por recién llegados y solicitantes de asilo. El alcalde ha solicitado ayuda económica al gobierno de Biden para hacer frente a los desafíos económicos y sociales derivados de la llegada masiva de inmigrantes.

Sin embargo, las críticas de Adams han generado controversia entre los defensores de los derechos de los inmigrantes, quienes argumentan que las políticas santuario protegen el debido proceso y la dignidad de los migrantes. Además, algunos líderes progresistas han expresado su oposición a revocar estas protecciones, lo que plantea desafíos políticos adicionales para el alcalde.

En última instancia, el desafío de Adams a las políticas de inmigración de Biden refleja la creciente presión sobre las ciudades santuario en todo el país. A medida que la violencia aumenta y los recursos se ven desbordados, los líderes locales se ven obligados a reconsiderar sus enfoques hacia la inmigración y la cooperación con las autoridades federales.